Al carajo el conocimiento

En los procesos de selección de personal se sondean, entre otras cosas, dos cuestiones muy importantes: conocimientos y competencias. Por conocimientos entendemos todo aquel saber que la persona fue acumulado en su etapa formativa, mientras que el concepto "competencias" nos lleva a un terreno más cercano a la aplicabilidad y a las habilidades para poner en valor todo lo que uno sabe. Pensando en este nuevo periodo al que nos enfrentamos, ¿se atisba algún cambio de "paradigma" que guarde relación con estos conceptos? Pues sí; veámoslo.

De toda la vida asumimos que el conocimiento se adquiere en una etapa formativa y que contribuye a que seamos capaces de alcanzar una alta cualificación profesional. Por esta razón, los procesos de selección "clásicos" le dan muchísima importancia a la selección de personas técnicamente muy formadas, criterio que llevado al máximo extremo está dando entrada a candidatos sobrecualificados para el puesto de que deben desempeñar. Las empresas quieren eso: empleados que tengan un amplísimo conocimiento técnico y puedan aplicarlo en los procesos que van les toca ejecutar.

Ahora bien; uno de los grandes cambios de la sociedad del conocimiento en la que nos hemos metido, es que ese conocimiento ya no está exclusivamente ubicado en el "interior" de las personas, sino que el conocimiento está en todos los lados. Recuerdo una graciosa frase de Les Luthiers que decía: "lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe"  ¡¡Exacto!! Así es la sociedad en la que estamos.

Si lo pensamos con detenimiento nos daremos cuenta que hay tal cantidad de información disponible que es inasumible por cualquiera de nosotros. Y el problema no está solo en la cantidad, sino en la rápida obsolescencia de la misma. Lo que ayer estaba en vigor, hoy ya está cuestionado y mañana será reemplazado. Ante este panorama pierde interés el conocimiento "intrínseco" del individuo y cobra importancia capital la "gestión de conocimiento extrínseco", esto es, la competencia de saber gestionar eficientemente toda la información que orbita en el sistema.

¿De qué estamos hablando realmente? Necesitamos personas capaces de integrar los datos internos sobre gestión de la empresa con los datos externos que describen el entorno presente y futuro en el que estamos insertados.

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