1) Aprendí que el mundo está lleno de gente solidaria y altruista, capaz de compartir conocimiento y buscar sinergias win-win.
2) También aprendí que hay muchos oportunistas que se meten en estos espacios como elefante en una cacharrería, buscando desesperadamente el provecho particular (léase propuestas multinivel, venta pura y dura...)
3) Aprendí que las personas le dan mucho aprecio a quienes aportan valor a la colectividad.
4) Aprendí que alcanzar metas requiere esfuerzo y constancia. Las cosas no son tan simples como algunos creen.
5) Aprendí que el éxito se basa en la reciprocidad de las conversaciones. [Menuda tontería acabo de decir: se supone que las conversaciones ya conllevan reciprocidad. Lo que quise decir es que mucha gente hace monólogos y nunca responden a los que interaccionan con ellos, lo cual es un error garrafal]
6) Aprendí que sacar provecho a estas herramientas requiere tener una estrategia, y que esa estrategia comienza por fijar un objetivo. Los que no tienen claro esto, acaban perdiendo el tiempo (haciendo ocio).
7) Aprendí que hay que estar en el lugar adecuado en el momento justo. Algunas redes, a medida que se saturan, pierden valor. [Por ejemplo, linkedin. La calidad de las intervenciones hace dos años nada tiene que ver con lo que sucede a día de hoy. Antes había un claro aporte de valor en los debates y hoy casi es un "tablón para blogs"]
8) Aprendí que hay personas muy interesantes "escondidas" detrás de un despacho. Gente que expresa toda su capacidad delante de un ordenador por tener cerrada la oportunidad de hacerlo delante de sus jefes.
9) Aprendí, en definitiva, que me queda muchísimo por aprender.
A todos esos cientos de contactos que se me fueron agregando por las distintas, muchas gracias por seguir ahí. Y a todos los lectores de este blog, mi más ferviente gratitud. Quien les escribe no sería nada sin vosotros y sin las redes sociales.
Cordialmente
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