Nuestra vida está llena de gestiones. Cada día realizamos docenas de ellas y la mayoría suelen acabar bien. Los vendedores gestionamos nuestra relación con los clientes, unas veces con más éxito que otras. Cuando las cosas no nos salen como nos gustaría solemos tener la sensación de haber fracasado.
La importancia de los fracasos estriba en cómo nos afectan moralmente, porque en general unos alimentan a los otros. Cuando las cosas salen bien nuestra moral se eleva y eso contribuye a nuevos éxitos. Los psicólogos dicen que transmitimos lo que llevamos dentro y yo creo bastante en eso; si uno está lleno de energía y optimismo, acaba trasmitiendo energía y optimismo a su interlocutor. Por lo contrario, si uno está lleno de sentimientos negativos, tarde o temprano también los acaba transmitiendo (maldito sea el “lenguaje no verbal”, incontrolable por nosotros)
A lo que iba; un fracaso no debería tener demasiada importancia. Un segundo fracaso ya nos empieza a minar la moral. Y un tercero no digamos. Lo peor que nos puede suceder es que saquemos la conclusión de que somos unos fracasados por no ser capaces a sacar adelante cierta tarea.
¡¡¡ Quietos parados !!! NO ESTAMOS FRACASANDO. Están fracasando nuestras gestiones y ello requiere un momento de reflexión: ¿qué estoy haciendo? ¿cómo lo estoy haciendo? ¿puedo cambiarlo? Se toma conciencia de todo esto, se toman las medidas oportunas para corregirlo (¿formación?) y se vuelve a empezar. Ni más ni menos.
Retomo el título del comentario. “Sólo hay una manera de fracasar”: NO INTENTARLO. Sólo fracasan aquellas personas que no intentan hacer una cosa. El resto cometen errores que no les conducen al resultado esperado. Fracasó su gestión, pero no fracasaron ellos. Conviene tener muy clara esta diferencia que repetiré: ¿fracasó mi gestión o fracasé yo? Si lo intentaste, entonces fracasó tu gestión. ¡¡ Ponle remedio !! Si no lo intentaste, entonces fracasaste tú. ¡¡ Tienes un serio problema !!
La diferencia entre ambos planteamientos es bastante grande, especialmente a nivel psicológico. Cuando uno comienza a tener la sensación de ser un fracasado, debe echar mano de este razonamiento para evitar caer en un foso. “Lo que fracasan son las gestiones, pero yo sigo siendo el mismo de siempre y sé que puedo sacar este negocio adelante a poco de encuentre la causa de los fracasos”. ¡¡Este es el planteamiento correcto!! Intenta aplicarlo: tu moral te lo agradecerá.
Un abrazo
Algo relacionada con tu post (digo "algo" porque tú estás hablando directamente del resultado de haber desarrollado una actividad), tengo yo una máxima: "es mejor arrepentirse de haber hecho algo que finalmente no haya salido bien, que arrepentirse de nunca haberlo intentado".
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