La comunicación es un proceso fácil de entender pero complejo de aplicar. Consiste en traducir a palabras los conceptos que tenemos en la cabeza, transmitírselas a alguien a través de un medio, y que nuestro interlocutor haga el proceso contrario de descodificación y re-construcción en su cabeza de la imagen derivada de lo que acaba de escuchar. Si la imagen original (el concepto que queríamos transmitir) y la imagen recreada en la mente de nuestro interlocutor son muy parecidas, entonces hubo buen entendimiento o lo que es lo mismo, buena comunicación. Por contra, si aquello que la otra parte construyó en su cerebro no se parece en nada a lo que nosotros teníamos en nuestra cabeza cuando construimos el mensaje, mal comenzamos.
Pues bien; a nivel social somos una generación que nos ha tocado vivir a caballo entre dos etapas de vida: un mundo que se acabó pero que todavía no se fue de todo, con un mundo nuevo que está emergiendo pero al que todavía le queda un buen trecho antes de consolidarse. En esta segunda fase están todos los millenials, personas nacidas recientemente y que ya nacen insertadas en un mundo que se rige por paradigmas nuevos, desconocidos para quienes tenemos que educarles. Por contra, los que tenemos la responsabilidad de formar, guiar y orientar a esta nueva generación usamos referentes sacados de nuestra experiencia y conocimientos, "mamados" a su vez de un mundo que ya se murió y que no tiene ningún sentido para las personas de ahora, esas a las que queremos educar. Y es ahí en donde nace el conflicto, es decir, en donde nacen fallos de "traducción simultánea": los que nos escuchan no descodifican bien el mensaje y no atinan a entender qué les estamos transmitiendo. En términos de arriba, les cuesta construir una imagen similar a la que nosotros tenemos en nuestra cabeza.
Esto afecta a muchos de los conceptos que hoy se pretenden inculcar a los jóvenes, como por ejemplo: "búscate un trabajo estable". ¿Pero qué puñetas es un trabajo estable para una persona que nació en época de cambio acelerado, en donde todo se queda obsoleto en un abrir y cerrar de ojos, y para quiénes la incertidumbre es una constante de vida y el único referente que poseen? ¿Qué ejemplos tienen en su cabeza para comprender qué significa un entorno "estable," más allá de lo que hayan podido leer en el diccionario sobre la palabra "estabilidad"? En definitiva, ¿entienden realmente lo que les queremos inculcar? Y voy más lejos todavía... ¿cómo se puede pedir a una persona que nació en periodos de cambio y aprendió a gestionar la incertidumbre (por ser su único modo de vida) que busqué entornos "estables"? ¿En dónde los va a encontrar?
Los jóvenes de ahora entienden perfectamente y asumen la Ley de la naturaleza: nacer, crecer, desarrollarse y morir. Las relaciones laborales no son ajenas a este ciclo y llegan cada día con más frecuencia a la cuarta fase ("morir"), por lo que no tiene ningún sentido educar a nadie para que se inserte en "trabajos para toda la vida", es decir, trabajos que no mueran. Es más, debemos comprender que los millenials no piensan a largo plazo, no piensan en términos de tiempo, de duración, del mañana; piensan en términos de disfrute, del hoy; buscan y se implican a tope en proyectos que HOY (lo pongo en mayúsculas con toda la intención) les aporten satisfacción, desarrollo, experiencias (otra palabra clave para esta generación), y lo que suceda mañana ya lo torearán cuando sea; no es importante para sus decisiones de ahora.
En fin; podría seguir sacando ejemplos de conceptos que intentamos inculcar y que no se entienden desde el prisma de la nueva era, pero por no alargar el post lo dejaré para futuros artículos. Vayan pensando sobre todo esto y vayamos viendo cómo mejoramos nuestra comunicación para que aquello que queremos transmitir sea entendido por personas que carecen de nuestros referentes y se rigen por nuevos paradigmas. Nosotros somos los primeros que debemos desechar muchos de los conceptos que tenemos en mente, si queremos realmente educar a esta nueva generación para que tenga una vida plena de disfrute.
Un cordial saludo
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