Al hilo de un interesante debate que existe en linkedin sobre cómo debe ser la gestión de las personas en el presente y de cara al futuro, os planteo la reflexión de hoy.
El error más grave que se puede cometer en la empresa actual es calificar a las personas como "recursos humanos" y, encima, creérselo y tratarlas como tales. Equivale a poner a los seres humanos al nivel de las máquinas (recursos materiales) o del dinero (recursos económicos), y olvidarse que, a diferencia del resto de recursos de la empresa, las personas poseen un corazón y sienten unas emociones. ¡¡Y un cerebro!! (que sirve para pensar; lo aclaro para aquellos que no cayeron en la cuenta de esta particularidad que sólo tienen este tipo de "recursos")
Las máquinas funcionan con energía; basta aportarles la dosis necesaria y ejecutan rutinariamente el trabajo para el que están programadas. Para muchas empresas, las personas son recursos que también consumen cierto tipo de energía (salario) y creen que, al igual que las máquinas, es suficiente con pagar un sueldo para que hagan su función a pleno rendimiento. ¡¡Menuda simplificación!!
La energía que mueve a las personas tiene dos componentes: salario económico y "salario emocional", y cada trabajador tiene una distribución particular entre ambas siendo realmente extraño encontrarse con alguno que únicamente se "active" exclusivamente por el dinero o exclusivamente por las emociones. Generalmente la energía que nos mueve se compone de una mezcla de ambas. ¡¡Ya es hora que las empresas entiendan esto y se adapten a esta singularidad que no se da en los otros "recursos"!!
No obstante, la experiencia demuestra que el salario económico acaba siendo un factor higiénico según la terminología de Herzberg (su efecto motivador dura poco tiempo porque cuando nos lo suben rápidamente nos acostumbramos al nuevo nivel ofrecido pero, por contra, si lo reducimos sí se convierte en motivo de conflicto) y lo que realmente motiva a las personas es el "salario emocional": reconocimiento de la tarea bien hecha, agradecimiento, planes de desarrollo profesional, formación, feedback, integración, corresponsabilidad... Algo que parece no comprender quienes dirigen "recursos humanos", precisamente porque para ellos, las personas son otros recursos más al servicio de la empresa al igual que lo son las máquinas (recursos materiales) o el dinero (recursos económicos).
El mayor cambio que deben abordar las organizaciones viene por esta línea: tratar a las personas como personas, usando las emociones como "energía" para lograr su máxima implicación y favorecer el afloramiento de todo el talento que llevan dentro. Las empresas de hoy en día necesitan a las personas por encima de todo: la mayor fuerza competitiva que tienen para ganar la batalla a los rivales es el talento de las personas, sus ideas y sus propuestas innovadoras. Muy por encima de la tecnología, que en un periodo de globalización como el actual, rápidamente es copiada y pierde su poder diferenciador en un abrir y cerrar de ojos; viene con la fecha de caducidad cada vez más corta.
Necesitamos personas que piensen, no sólo que hagan tareas mecánicas. Las tareas mecánicas se pagan con salario económico, similar a la energía que consumen las máquinas al funcionar. Pero el trabajo intelectual se logra ofreciendo "salario emocional" a la persona. Sin las ideas de todos y cada uno de los empleados (trabajo intelectual), la empresa está muerta: no evoluciona, no innova, se queda parada en el tiempo, obsoleta en un abrir y cerrar de ojos.
Remato; es difícilmente creíble que una empresa pueda tener éxito en el futuro sin contar con las personas que trabajan en ella. Y ahí está la clave: ¡¡personas!! No "recursos humanos". Personas con toda su grandeza, como seres que tienen mucho que aportar y que lo harán en función del grado de motivación e implicación que sientan hacia el proyecto empresarial. Estamos hablando de emociones, señores. Algo que el resto de recursos no posee. ¡¡Al carajo con los recursos humanos!!: no los necesitamos. Necesitamos PERSONAS. ¿Es tan complicado entenderlo?
Cordialmente
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