Al hilo de la nefasta noticia sobre empleo publicada ayer, quisiera hacer una reflexión sobre el espinoso asunto del paro juvenil, que en nuestro país ronda el 45%. En contraste con esta noticia, siempre se nos recuerda que tenemos la generación de jóvenes mejor preparados de la historia y se lanza el lamento de tener que asumir que todas estas capacidades tengan que desarrollarse en el extranjero ante la falta de salida profesional en el propio país. Dicho de otro modo, estamos formando a personas muy valiosas con el dinero de todos cuya valía profesional luego es aprovechada por las empresas foráneas. ¿Qué está pasando aquí?
Mi reflexión de hoy tiene que ver con las razones de este desajuste entre la alta oferta de personal bien formado y la nula cabida que tienen en nuestro tejido industrial. Y las razones habría que buscarlas en las empresas, que son las que realizan las ofertas de trabajo y las que definen, en esencia, cuál es el perfil profesional que tiene cabida. Y siendo esto así, la pregunta que se me viene a la mente es la siguiente: ¿no será que en España tenemos demasiadas empresas de "perfil bajo" en las que no hay entrada para personas altamente cualificadas?
Varios datos confirman esta impresión; mientras somos la 11ª economía del mundo en cuanto a peso, ocupamos la posición 36 en los rankings de competitividad. ¡¡Muy llamativo!! La segunda cuestión que causa sonrojo es que nuestros niveles de inversión en I+D+i están muy por debajo de la media de Europa; en 2009 ocupábamos la decimoséptima posición, por debajo de países como Estonia, República Checa o nuestro vecino Portugal. Y claro, si las empresas no mejoran su competitividad e innovación, ¿nos extraña que no tengan espacio para personal altamente cualificado? Ahondando en este tema, circula por ahí un estudio que dice que el 45% de los trabajadores españoles reconocen ocupar un puesto por debajo de su cualificación profesional, hecho que se ve constatado por la reciente noticia de que un alto porcentaje de desempleados "maquillan" su CV a la baja para no ser rechazados por su sobrecualificación. Demasiado triste.
Ya ven que todos los datos apuntan en las misma línea: demasiada formación para los requerimientos de nuestras empresas. Y la solución debe venir por equilibrar ambos platillos de la balanza aumentando la competitividad de las organizaciones, por que lo contrario -disminuir el nivel formativo- conduciría a un empobrecimiento intelectual nada deseable.
Ya ven que todos los datos apuntan en las misma línea: demasiada formación para los requerimientos de nuestras empresas. Y la solución debe venir por equilibrar ambos platillos de la balanza aumentando la competitividad de las organizaciones, por que lo contrario -disminuir el nivel formativo- conduciría a un empobrecimiento intelectual nada deseable.
Nuestro problema es que tenemos un tejido industrial basado en empresas que en muy pocas ocasiones superan los 500 empleados, micropymes y autónomos. Para muchas de ellas, su lucha diaria es por la supervivencia más que por el crecimiento potencial, lo que hace que su evolución estratégica vaya muy lenta, infinitamente más lenta que los avances en formación de nuestra juventud. Encontrar CV de personas con dos y hasta tres carreras, o con una formación post-grado en cualquier universidad del extranjero, con dominio de varios idiomas, etc. comienza a ser relativamente frecuente. Y claro, si la oferta de trabajo la solicita una PyME española que no precisa personal tan cualificado para sus labores cotidianas, ¿cómo se compatibiliza oferta y demanda? Evidentemente, o el aspirante acepta el puesto ofrecido aún siendo inferior a su capacidad técnica, o tiene que marcharse a buscar empleo a lugares en donde las necesidades de cualificación se ajusten mejor a lo que él puede ofrecer. Y esto es lo que está ocurriendo.
Por lo tanto, nuestra gran asignatura ya no es sólo generar empleo para tanta gente como lo necesita, sino que además hay que subir la calidad de las empresas para hacerlas competitivas frente a las rivales del extranjero y poder dar cabida además a los jóvenes que estamos formando con el dinero de todos los ciudadanos. Es una tarea complicada que puede llevar muchísimos años.
¿Qué hacer mientras tanto? Sinceramente, no veo otra alternativa para esos jóvenes -si no quieren marcharse al extranjero- que ponerse por su cuenta, que emprender y apostar decididamente por ellos mismos y por sus capacidades. Es la única solución que les queda para poder desarrollar su talento: depender de ellos mismos y no de terceros, sobre todo porque esos "terceros" lo tienen complicado para poder darles el desarrollo profesional que buscan y se merecen después de tantos años de formación.
¿Qué hacer mientras tanto? Sinceramente, no veo otra alternativa para esos jóvenes -si no quieren marcharse al extranjero- que ponerse por su cuenta, que emprender y apostar decididamente por ellos mismos y por sus capacidades. Es la única solución que les queda para poder desarrollar su talento: depender de ellos mismos y no de terceros, sobre todo porque esos "terceros" lo tienen complicado para poder darles el desarrollo profesional que buscan y se merecen después de tantos años de formación.
Un cordial saludo y buen fin de semana
Juan José
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