Después de muchos años trabajando por cuenta ajena y unos menos emprendiendo por mi cuenta, creo que ya tengo una perspectiva de tiempo suficiente como para sacar alguna conclusión. Y sobre esto último, les tengo dos noticias que dar; una buena y otra mala. Empezaré por la mala:
- Desde el punto de vista negativo, la mayor diferencia está en que al trabajar por cuenta ajena uno tiene una mayor seguridad de estabilidad, aunque en los tiempos que corren esta premisa también habría que cuestionársela seriamente. Pero bueno, lo cierto es que -aparentemente- se corren menos riesgos económicos cuando trabajamos para otros que cuando lo hacemos para nosotros mismos, asumiendo nosotros la inversión.
- Desde el punto de vista positivo, cuando uno trabaja para sí mismo... ¡¡los límites los pone cada uno!! Y esta es una ventaja que no tiene precio. Ahondaré un poco en ella.
Es una verdadera pena comprobar como, dentro de las empresas, existe una gran cantidad de "talento oculto" que nunca acaba siendo aprovechado en todo su potencial. Y es una pena en todos los sentidos: para la empresa, que no mejora su capacidad competitiva por no "sumar" las habilidades de personas tan valiosas, y para el propio individuo, que acaba quemado y frustrado por no poder dar de sí todo lo que lleva dentro.
No me centraré en la empresa -de la que ya hablé muchas veces- sino en el individuo ¿Qué puede hacer una persona de valor dentro de una organización que no le da la oportunidad de expresar todo su talento? En principio tiene tres alternativas:
- Seguir como está.- yo no lo aconsejo porque las personas dinámicas necesitan entornos acordes con su capacidad. Si no se los proporcionamos, o acaban quemados (burnout) o acaban aburridos (boreaut). Sea cual sea la opción, lo que está claro es que nunca serán felices en su desempeño.
- Cambiar de empresa con la esperanza de que en otro lugar sí les den la oportunidad que buscan. Es una alternativa válida que requiere el coraje suficiente para dejar atrás todo "lo ganado" y volver a empezar de cero en otra organización, aunque tampoco que se tengan las garantías plenas de que en el nuevo lugar la cosa vaya a cambiar a mejor. Hay que jugársela.
- Emprender por su cuenta para, de este modo, no depender de nadie más que de sí mismos.
El que una persona no pueda desarrollarse dentro de una empresa depende de muchos factores, entre los que se encuentran que la compañía no sea lo suficiente dinámica como para abrir posiciones nuevas, o que quien está ubicado por encima del empleado sea un jefe "caprichoso" que no valore las competencias de sus subordinados y las relegue a un segundo plano en favor de ese concepto tan odioso llamado "amiguismo".
Sea por la razón que sea, si el que tiene talento no puede expresarlo y sentirse realizado dentro de la empresa para la que trabaja... ¡¡tiene un serio problema!! Y es aquí en donde entra la alternativa de ponerse por su cuenta, es decir, emprender. Ya sabemos cuál es el riesgo que asume: la pérdida de una estabilidad que, más o menos, tenía garantizada en la empresa. Pero también sabemos cuál es el horizonte que se le abre: las posibilidades de desarrollo ya no tienen límites y dependen de él mismo, de lo que quiera, pueda y sepa hacer.
Cuando hablo de posibilidades de desarrollo me refiero al sentido más amplio que podamos imaginar: desarrollo económico, desarrollo profesional, desarrollo empresarial, el placer de tomar decisiones por uno mismo y elegir el camino que quiere para su empresa... ¿Verdad que suena muy atractivo?
Finalizo; sabiendo los pros y los contras, lo único que hay que preocuparse es por minimizar los segundos. ¿Cómo hacer que el riesgo económico que asumo sea el menor posible y se vea compensado con creces por el desarrollo venidero? Y aquí entra la formación y el asesoramiento que todo aspirante a emprendedor debe acometer como pilar fundamental para dotar de seguridad a su futuro negocio. "Es lo que hay", pero tampoco parece tan complicado de solucionar, ¿no creen?
En resumen; deben saber que la gran ventaja de ponerse por cuenta propia es dejar de depender de los caprichos de terceras personas. Y esto es realmente importante para aquellos individuos con talento, con capacidad y con ideas. Nunca como hasta ahora este país necesitó tanto a estas personas pero, por encima de eso, esas personas necesitan romper con las "cadenas" que les atan. Es una cuestión de salud mental y prosperidad. Si usted es un inconformista y tiene talento, no lo dude: ¡¡emprenda!!
Un cordial saludo
Juan José
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