Hoy quiero dar un consejo que vale para casi todos los ámbitos de la vida: desde vender un producto hasta “venderse” a uno mismo (por ejemplo, cuando se busca trabajo). Perdonadme la soberbia de citarme en primera persona, pero para mi disertación tengo que hablar de una técnica que uso con cierta frecuencia. Además, como decía alguien famoso que ahora no recuerdo, “al fin y al cabo soy la persona que mejor conozco”.
Vamos a ello. Como muchos ya sabéis, la semana pasada publiqué un libro con artículos recopilados de este blog. A la hora de promocionarlo usé un foro que está disponible en la misma página en donde se publicó el libro. En el ejemplo siguiente podéis ver dos promociones diferentes allí incluidas (he omitido el nombre del segundo autor, por discreción):
Mi anuncio fue puesto el 11 de noviembre y en estos cinco días lleva generado 201 lecturas y 2 mensajes. Justo debajo aparece otro autor que también anuncia su libro desde el 12 de noviembre y que lleva 66 lecturas y cero mensajes. ¿Por qué esta diferencia?
La respuesta es muy simple: por el título del anuncio. Yo usé un anuncio llamativo: “¡¡Qué bueno toparse con tantos imbéciles!! que levanta curiosidad y sirve de “puerta de entrada” para el contenido del mensaje. Más de doscientas lecturas en menos de una semana.
El otro autor usó un título más normal y corriente para su anuncio: “Mi primer libro”. Como no podía ser de otra manera, su respuesta también fue igual de normal y corriente que su título (la tercera parte menos de lecturas).
La moraleja está clara. Los anuncios son anuncios, y como tales deben llevar un lema que no deje indiferente a quien lo ve. Si deja indiferente no sirve para nada, no logra su fin.
Recuerdo una vez que hice un experimento similar en un portal de empleo. La gente anunciaba su currículum con títulos del tipo… “se ofrece abogado”, “se ofrece administrativo”… y yo, con un par de narices, puse un anuncio diciendo… “se ofrece gilipollas”. Era un experimento, repito. En una semana mi CV era el más visto de todo el foro, con muchísima diferencia. Había anuncios puestos 6 meses antes que no tenían ni la mitad de visualizaciones de las que alcancé yo en una sola semana. Eso sí, nada más entrar en el cuerpo del mensaje la primera frase que se leía aclaraba el título y decía algo así como…
“disculpe que me haya dirigido a Vd. en estos términos pero mi objetivo era llamar su atención y que Vd. estuviera leyendo lo que ahora tiene delante de sí. En lo que sigue puede ver mi CV personal etc, etc, etc”
Una cosa está clara: las posibilidades de éxito aumentan a medida que sube el número de personas que nos leen. Lo peor que se puede hacer en un mundo tan competitivo como el actual es dejar indiferente. ¡¡Cuántos buenos productos y cuántos buenos perfiles profesionales pasan desapercibidos a ojos de personas interesadas por el simple hecho de no haber puesto un slogan que capte la atención!!
Dos son las posibles consecuencias de acciones tan osadas como las que yo emprendí en ambos ejemplos: o generan rechazo o generan curiosidad. Si el sentimiento es el primero… ¡perdí la batalla! Pero si lo pensamos bien, ¿qué más da causar rechazo que dejar indiferente? En ninguno de los dos casos hubiera “vendido” nada. Por lo contrario, si mi estrategia “osada y agresiva” despierta curiosidad habré conseguido salir del pelotón de los indiferentes y tendré más oportunidades de ganar la batalla. ¡¡Éste era mi objetivo!!
Ejemplos como estos hay miles en nuestro día a día. Conviene recordar y aplicar uno de los 7 hábitos que describe Steven Covey: tengamos siempre EL FIN EN LA MENTE. Los anuncios son anuncios, repito, y su objetivo es captar la atención. Hay que jugar con las palabras, ser atrevido y tener presente cuál es el objetivo que se persigue. Si la indiferencia seguro que no está entre ellos, entonces, ¿por qué recurrimos a la “estandarización”?
Estoy pensando ahora mismo en los miles de profesionales que están metidos en procesos de selección y no consiguen despertar el suficiente interés. Si en las empresas es importante tener un buen producto, más importante es –si cabe- saber venderlo. Para un aspirante a un empleo el currículum es su producto “en venta”, y no sólo hay que preocuparse por lo que pone sino que además hay que saber venderlo; hay que jugar con el aspecto gráfico para tratar de que no pase desapercibido en una mesa en la que hay otros miles. Lejos de buscar diferenciación, la mayoría de las personas acuden a internet en busca de formularios estandarizados, iguales a los que tiene todo el mundo. ¡¡Así nunca se consigue nada!! Hay que jugársela. Recordad que a los efectos que se persiguen, da lo mismo dejar indiferente que causar rechazo. Si no arriesgamos nunca despertaremos la curiosidad que nos abra las puertas de una entrevista de trabajo.
No me enrollo más. Retomo la frase inicial: estas técnicas son válidas para casi todos los ámbitos de la vida. No intente caer bien a todo el mundo porque eso no le sacará de la media. Busque su hueco, defina quién es el target y ajuste su estrategia. Sálgase del montón. Quizá no está de más remitirle al artículo que publiqué hace unos días y que generó bastante curiosidad en las redes sociales: la mediocridad que nos tocó vivir.
Un fuerte abrazo
P.D.: aclaro que el objetivo de este post era dar un consejo sobre cómo sacar buen resultado a las acciones que emprendemos. Confío que nadie lo haya entendido como un acto de prepotencia. No me tengo por mejor ni peor que nadie. Simplemente aplico el principio arriba descrito (tener el fin en la mente) en todas mis acciones y ese es mi único secreto. Cualquiera puede hacer lo mismo.
Soberbio. Genial. Me parece un artículo brillante.
ResponderEliminarNo puedo decir otra cosa.
(Soberbio el artículo, no tú. Jeje).
Me gustó muchísimo. Sigas así.
ResponderEliminar¡¡Qué fácil me ponéis hoy las respuestas!! Solo puedo deciros de todo corazón... GRACIAS CRISTINA, GRACIAS LUCIANA.
ResponderEliminarUn abrazo
Mira que bien me ha venido pasar del fútbol y ponerme a cotillear en tu blog.
ResponderEliminarYa me puedo ir a domir sabiendo una cosa más.
Un abrazo
¡¡Jamás me imaginé que mis disertaciones desplazaran al futbol!! Todo un halago
ResponderEliminarGracias Xisco.
Juan José, ya tienes un sello personal, y el blog sí que va marcando tendencia.
ResponderEliminarUn saludo.
Mercedes.
Gracias Mercedes. Con que os haga reflexionar ya me doy por satisfecho. Lo de marcar tendencia ya es un objetivo muy superior al que yo buscaba, pero es muy halagador escuchar eso.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo