APORTAR VALOR

Volviendo al tema del liderazgo, al que ya le llevo dedicado unos cuantos artículos, hoy quería resaltar que aunque sean muchas las tareas que tiene que realizar un líder para tener seguidores, si tuviera que resumirlas en una sola frase, esta sería: “APORTAR VALOR”. Creo que no hay ninguna otra razón de más peso o que genere más seguidores. Veamos por qué.

1. Nuestros padres, en su afán de protegernos, nos educaron en la desconfianza: “ten cuidado con…” “no te fíes de…” “no le hagas caso a personas desconocidas”, etc., etc. etc. No les critico: hay que ponerse en su papel de padres que quieren a un hijo y entender sus planteamientos desde ese prisma. Sin embargo estas constantes advertencias que oímos desde niños provocan que las personas seamos desconfiadas por naturaleza (recuerden aquella frecuente y odiosa frase de “la confianza te la tienes que ganar”, que no viene más que a decir que de entrada ya desconfío de las personas y con el tiempo ya veremos lo que hago), por lo que cuando se cruza por nuestro camino una persona que, sin conocernos demasiado, nos manifiesta su plena confianza en nosotros, esa persona nos “rompe los esquemas” y nos genera un sentimiento de ¿admiración? que lo convierte en una persona interesante para nosotros. Ahí está emergiendo un líder potencial.
2. Las personas suelen ser muy agradecidas con quien les ayuda a desarrollarse personalmente. Es normal. En una sociedad tremendamente competitiva donde parece que todo el mundo está luchando por sobrevivir y en esa batalla no importa pisar al prójimo, cuando aparece una persona que se pone de nuestro lado y nos ayuda en el desarrollo profesional, se nos vuelven a “romper los esquemas”. La vía que suelen usar los líderes para ayudar en el crecimiento personal de sus seguidores es entregar conocimiento, una siembra de semillas que pocas personas suelen practicar. Los buenos líderes tienen asumido que ésta es una de sus tareas prioritarias y además saben que se trata de una acción win-win: a cambio de lo que entregan reciben un agradecimiento infinito y un compromiso inequívoco hacia cualquier propuesta que quieran hacer.

Con estos dos gestos se resume en hechos buena parte del significado de la perífrasis “aportar valor”: dar confianza y dar conocimiento. Aportar valor se está convirtiendo en un acto “heroico” en una sociedad cuyos individuos son cada vez más egoístas e insolidarios y no es fácil encontrar personas que lo practiquen. ¿Será por eso que hay tan pocos líderes?

Contaré una paradoja que me tiene un tanto perplejo; a lo largo de mi vida profesional no me encontré demasiadas personas con una clara vocación de contribuir al desarrollo de sus empleados. Más bien lo contrario: al trabajador se le necesita para una labor muy concreta y, aunque por circunstancias varias haya que ascenderlo en un momento determinado, se le sigue viendo como una “herramienta” para alcanzar los objetivos empresariales, ahora ubicado en otra posición diferente. Siendo esto así, fue para mí una verdadera sorpresa haberme caído un buen día en una “piscina” llamada linkedin y haber buceado por sus aguas. Allí encontré un buen puñado de directivos que comparten conocimiento con otras personas, que transmiten cercanía y confianza y que buscan el aporte de valor recíproco. ¡¡Qué lástima no haber sentido esta misma sensación en las empresas en las que estuve!! Allí sucedía todo lo contrario: la gente recelaba de los demás y ocultaba toda la información que podía ser útil a otras personas. Y hablo en todos los sentidos: los de abajo no contaban cosas importantes a los de arriba para que éstos no se “aprovecharan” de esa información, y los de arriba no contaban cosas a los de abajo “no fuera que supieran demasiado” y pudieran llegar a suponer una amenaza.

Últimamente estoy ampliando mis conocimientos sobre el funcionamiento de las empresas “planas”, en sustitución de la arcaica estructura piramidal. Es cierto que cuanto mayor es la organización más difícil es implementar este tipo de planteamientos, pero por el mundo adelante lo que más abunda son empresas de tipo mediano-pequeño que, a pesar de la facilidad que para ellas supone aplicar nuevos paradigmas, ya nacen con una clara idea de ser estructuras piramidales y jerárquicamente muy estructuradas. Desde mi punto de vista estos planteamientos son un freno al aporte de valor entre empleados y ahí nacen muchos de los problemas que luego impiden que la organización sea competitiva y se desarrolle eficazmente. Quizá en un futuro desarrolle de modo más pormenorizado las conclusiones que voy sacando de esta reflexión.

Resumiendo: es una pena que en el seno de las organizaciones se olvide que todas las personas pueden SUMAR a poco que se potencien sinergias. La falta de interés por generar climas de trabajo que potencien el intercambio de valor entre colegas está abocando a las compañías a generar compartimentos estancos en los que trabajan personas que no interaccionan eficazmente entre sí. El aporte de valor entre personas debería estar en la primera línea de cualquier empresario o director de recursos humanos, puesto que la suma de lo que cada uno lleva dentro podría dar un resultado mucho mayor que la acción individual de cada integrante de la organización. Pensémoslo y actuemos en consecuencia. Es mi consejo de hoy.

Un fuerte abrazo

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