HOY ESTOY MUY CABREADO…

… y eso se va a notar. Empiezo.

Estoy harto de todas esas empresas que “prostituyen” la palabra cliente, empresas que con una hipocresía insultante intentan aparentar vocación de servicio y lo único que consiguen es irritar sobremanera al sufrido consumidor.

Estoy harto de todos esos directivos que implementan “servicios de atención al cliente” y que jamás se preocupan de saber si funcionan como debieran y si son eficaces o no.

Estoy harto de todas esas telefonistas contratadas para “poner zancadillas”, que atienden el servicio de atención al usuario pero están claramente a favor de la empresa. Adoctrinadas para dar largas y mirar para otro lado, lo único que consiguen es cabrear más –si cabe- a quien ya está bastante enojado. ¿Cómo puede uno ser tan hipócrita y caradura?

Estoy harto de tanto directivo sinvergüenza que se llena la boca de palabras bonitas hacia los clientes pero que diseña estructuras pensadas para humillarlo y exprimirlo.

Estoy harto de recibir correos automáticos   que jamás se cumplen. “Gracias por su mensaje. En 48 horas un agente se pondrá en contacto con usted”. ¡¡Menudos jetas!! Antes la gente tenía algo más de pudor: te decían las cosas de palabra y luego, excusándose en que las palabras se las lleva el viento, negaban lo dicho. Ahora no tienen ninguna vergüenza en poner lo mismo negro sobre blanco… ¡y no cumplirlo! ¿En dónde quedó el valor de la palabra?

Estoy harto de tener que llamar a teléfonos del departamento de  “pedidos” como única solución para que alguien me atienda una reclamación, toda vez que en los servicios de atención al cliente es imposible que alguien coja una llamada. ¡¡En los de pedidos, sí!! Ahí están todo el rato y cogen a la primera. ¡¡Viva la vocación de servicio!! (entendida a su gusto).

¡¡Cuánto sinvergüenza en las empresas!! ¡¡Cuánta hipocresía!! Aparentar preocupación por el cliente de puertas a fuera pero tratarlo como una mierda de puertas adentro. ¡¡Cuánto directivo mirando hacia arriba (“a ver a dónde puedo llegar”) y olvidándose de lo de abajo (de los empleados y de los clientes)!! ¿Se pararon a pensar alguna vez quién es el que, gastando su dinero, da pie a la existencia de una empresa?

Mi intención ahora era ilustrar mi cabreo con unos cuantos ejemplos de estos días, pero me temo que me quedaría un artículo excesivamente largo (de 500 ó 600 folios). Solo diré que, en ocasiones, no me da ninguna pena que algunas empresas tengan que cerrar. ¡¡Se lo tienen bien merecido!! Ya sé que al final lo pagan algunos pobres empleados, ajenos al maltrato que su empresa profesa a los clientes, pero ¡¡ojo!!: no todos los empleados son “inocentes”. Muchos de esos que atienden al cliente con esa soberbia y prepotencia, con esa chulería y desprecio, muchos de esos “eficientes” telefonistas que trabajan en los servicios de atención al público y realmente se pasan al cliente por el arco del triunfo sumisos hacia quien les paga la nómina se merecen también quedarse una buena temporada en su casa reflexionando. ¿Para qué se ponen al frente de un servicio de ese estilo si no son capaces de mantener unos valores alineados con el cliente?

Llevo una semana esperando que una empleada de un servicio de esos me dé una simple respuesta a un e-mail: “¿cuándo llegará mi pedido? le pregunté. Pues no tiene ni la más mínima cortesía para ponerme una frase y tranquilizarme. No. El más absoluto silencio y desprecio. Insisto: ¡¡en un servicio de atención al cliente!!. Tiene narices. Y yo mientras tanto, espera que te espera, sin saber qué hacer ni cómo proceder. ¿Se extrañaría la empresa de que nunca más vuelva a comprar nada? ¿Me llamarán para tratar de vincularme cuando sepan que los voy a mandar al carajo?

En fin. Así son una buena parte de las empresas de nuestro país y muchos de los directivos que los gobiernan. Empezando por la más “grande de España”. Una panda de hipócritas, desvergonzados y caraduras. Muchas buenas palabras en los anuncios hablando de lo que les importa el cliente, su vocación de servicio y otras palabrejas del estilo. Pero a la hora de la verdad, el cliente sólo les importa para sacarle la sangre. ¡¡Qué asco de país!!

Un abrazo

fIRMA SOCIAL BUSINESS

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7 comentarios:

  1. No quiero alimentar tu enfado, pero que levante la mano quien no se haya sentido como tú (y más de una vez). Recuerdo unas vacaciones de verano totalmente arruinadas por una reclamación que hice a una compañía de internet que me cobraba el servicio pero nunca me lo llegó a prestar. El dineral que me gasté y el tiempo que perdí. Lo peor de todo el estrés que me causó justo en las dos semanas de vacaciones que llevaba esperando todo el año precisamente para desestresarme de mi trabajo.

    En fin, ánimo y no vuelvas a comprar ahí.

    Por cierto, tengo experiencia en esto porque trabajé muchos años en un departamento de atención al cliente como dios manda, no uno de esos call center que hacen de todo menos atender al cliente. Y me cuesta tanto como a tí entender como se maltrata tanto al que en última instancia mantiene una empresa en pie.

    Un saludo,

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  2. Gracias Cristina. Y me alegro que no te hayas dado por aludida cuando critiqué al personal que atiende en los call center. Ya tuve sumo cuidado de no mencionar a todo el mundo, porque gracias a Dios hay personas que se salvan, aunque sí creo que hay demasiadas cosas mejorables.

    Fíjate: mi escrito para saber cuándo me llega cierto pedido lo dirigí al servicio de atención al cliente. Si lo hubiera mandado al departamento financiero entendería que no me respondieran o que incluso me dijeran que "tienen otras cosas que hacer". Pero, un servicio de atención al cliente... ¿cómo no puede atender una pregunta de un cliente? ¡¡Es que no me cabe en la cabeza!! ¿También tiene otras cosas que hacer? Me parece inconcebible.
    Deberían cambiarle el nombre y poner "servicio de pasar del cliente".

    Un fuerte abrazo.

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  3. Hola Joanillo,

    Voy a seguir –solo un poco- con tu reflexión..
    Estoy harta de que ya no sirva ni se valore el aprender y el esfuerzo para conseguir metas importantes como llegar a un conocimiento y después aplicarlo y llevarlo a la práctica.

    Estoy harta de que sea más importante la falta de educación, la ignorancia consciente, el populismo de salir en la tele, o ganar mucho trabajando poco, de que fomente la tontería y los métodos maquiavélicos.

    Estoy harta de que no se respete a nuestros ‘viejos’, ni a los maestros, ni a los pensamientos, ni siquiera a nuestra cultura. ¡Deplorable!

    P.D. Gracias me he quedado a gusto,ahora puedo seguir sonriendo como siempre.

    Un abrazo

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  4. Muy buena idea, Marga. Estuvo muy bien haberle dado continuidad a mi hartazgo. Yo también comparto plenamente lo que dices.

    A ver si alguien más se suma.

    Un abrazo

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  5. Solamente una pequeña puntualización: no he trabajado nunca en un call center. Trabajé en el departamento de atención al cliente de una financiera americana, que no tiene nada que ver con lo que en España conocemos por atención al cliente. Dicha empresa dista mucho de ser perfecta, pero debo decir que la atención al cliente era una prioridad. Se hacían encuestas contínuamente y se daba formación al personal. Estos empleados, en los que me incluyo, éramos licenciados en Derecho, Economía, Admin y direcc. de Empresas, diplomados en Empresariales,etc. Porque no sólo estábamos para contestar al teléfono, sino que nuestro trabajo era resolver el problema que el cliente en cuestión tenía con su contrato de leasing, renting o financiación, su facturación, etc.

    En la cultura americana la atención al cliente es fundamental. A veces se les va la mano y se machaca al empleado por el interés del cliente, pero en fin, lo ideal sería el equilibrio.

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  6. Ya lo había entendido así, Cristina, aunque tu aclaración no está de más. De tu comentario se deduce también que tenemos que aprender de los americanos en lo de la atención al cliente. ¿A qué esperamos?

    Un abrazo

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  7. Ya se ha comentado varias veces que tenemos que cambiar, el departamento de atención al cliente, también.

    Saludos

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