CUESTIÓN DE DETALLES

image En un mundo tan competitivo como el actual, ganar o perder es –muchas veces- cuestión de pequeños detalles. Hoy voy a disertar sobre esto y usaré como ejemplo un e-mail que recibí ayer; por analogía con el “lenguaje no verbal” hablaré a lo largo del artículo de la “lectura no verbal”

Veamos: uno de mis contactos en la “social media” me remitió el siguiente correo:

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Sin leer con demasiado detenimiento el contenido, automáticamente se lo reenvié a la persona solicitada. Hoy, con más calma, releí nuevamente el contenido y saqué unas cuantas conclusiones que ahora quiero compartir con vosotros:

1) La primera tiene que ver con el uso que algunas personas hacen de las redes sociales. Hay individuos que se dedican a “coleccionar” contactos y solamente se acuerdan de ellos cuando les hace falta para un asunto puntual. Cada uno es libre de actuar como crea oportuno, pero si la finalidad es tener contactos para usarlos como palomas mensajeras, al menos uno debería ser un poco menos directo. Cuanto más cordiales sean las palabras usadas y cuanta más sutileza usemos al expresarnos, más probabilidades de éxito tendremos a la hora de alcanzar nuestro objetivo, especialmente si estamos recurriendo a un contacto de esos que tenemos abandonado en el “baúl de los recuerdos”. Si hacemos lo contrario y damos una impresión de oportunista y aprovechado, se corre el riesgo de fracasar en el intento. ¡¡Cuestión de detalles!!

2) Desconozco cuáles son las virtudes que atesora el remitente, pero escribir sin usar correctamente los signos de puntuación no da la imagen de ser una persona cuidadosa, meticulosa, ordenada, con gusto por las cosas bien hechas, perfeccionista… Este es el “lenguaje no verbal” del documento, simples detalles que pueden hacer que un texto “suene bien” o “chirríe”. Son cosas que a veces se nos pasan desapercibidas en la lectura, pero nuestro subconsciente es capaz de detectar y sacar conclusiones sobre quien está detrás de las palabras que se ven. Algunos textos resultan agradables e invitan a conocer al escritor, y otros dan ganas de hacer una buena acción con ellos y mandarlos al cubo del reciclaje, para que tengan otra nueva oportunidad en otra vida.

3) La tercera y última conclusión no se puede sonsacar del texto reseñado, pero sí voy a contarla. Como dije arriba, automáticamente reenvié el mensaje al interesado, cumpliendo así con la petición del remitente. Por cortesía, le puse un e-mail de respuesta diciéndole que había tramitado su petición. A día de hoy, no recibí ni un simple “gracias”. Veamos el “lenguaje no verbal” de esta falta de cortesía: la posición ofertada era una gerencia de zona, es decir, esta persona opta a un puesto en el que debe gestionar personas. Para la empresa ofertante del puesto los empleados son primordiales. Se trata de una compañía muy sensibilizada con el trato humano, plenamente consciente que su poder competitivo se encuentra de puertas adentro, en el talento y buen hacer de sus empleados. En contra de esto, el solicitante de la vacante está demostrando una absoluta frialdad y falta de sensibilidad (no le da las gracias ni siquiera a quien le puede facilitar optar a un puesto de trabajo). ¿Podemos pensar que se trata de una persona cercana, afable, cordial, detallista, agradecida? A lo mejor sí, pero los detalles no lo demuestran. Y como al final lo único que conocemos de una persona antes de contratarla es lo que vemos en sus pequeños detalles, malo malo. Quizá el CV sea impresionante, pero eso es lenguaje verbal: pone lo que queremos poner. Lo sutil se encuentra en el lenguaje “no verbal”, en aquello que expresamos fuera de nuestro control; realmente estos detalles son los que manifiestan con más fiabilidad cuál es el perfil de quien se esconde detrás. Otra vez, ¡¡¡ cuestión de detalles !!!

No quiero finalizar este texto sin extrapolar esta reflexión al trato diario con clientes. Muchas veces ganar o perder clientes también depende de pequeños detalles. Imaginemos que en una conversación banal, un cliente me habla de un restaurante que le gustó. Siguiendo sus recomendaciones a los pocos días voy a comer allí. Si ese mismo día descuelgo el teléfono para llamarle y darle gracias por su recomendación, estaré teniendo con él un detalle muy simple pero muy significativo para esa persona: verá en mí que ejerzo “escucha activa”, que me interesa todo lo que me dice y que además soy agradecido y detallista. Toda una serie de buenos sentimientos que pueden ayudar a diferenciarme de otros competidores. Imaginaros por un segundo la escena contraria: que voy al restaurante recomendado y nunca le comento nada (ni al momento –por teléfono- ni en la siguiente visita –de viva voz-). Habré desaprovechado una oportunidad fantástica de ganarme a un cliente. ¡¡¡ Cuestión de detalles !!!

Un saludo

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3 comentarios:

  1. Fantástico y acertado artículo Joanillo:

    A parte de ejercicio educacional y de convivencia, que nos retrotrae a esos años en los que el POR FAVOR y el GRACIAS eran obligatorios.

    Aquí enfocas casi cada situación cotidiana como una buenísima oportunidad para desmarcarse y ganarse a la gente.

    Para quién tenga el hábito de cuidar los detalles le resultará extraño esta sobrevaloración.
    Siempre dirán: "Bueno, es normal ser así, ¿no?"

    De hecho, si hay algo de lo que estoy orgulloso y me suelen valorar positivamente quienes me conocen es mi buena memoria para recordar los nombres de aquellas personas que me presentan en reuniones sociales.

    No hay mejor oportunidad para desmarcarse y 40 minutos después preguntar:
    ¿DÓNDE VIVES SUSANA? ¿ESTÁS CASADO RICARDO?

    Ellos en ningún momento se acordaron de mi nombre, ni lo utilizaron en las primeras frases para recordarlo más adelante...

    Simplemente ellos no tuvieron ese detalle

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  2. Muy buena aportación, Manu. La verdad es que lo dices es "de libro" y trae muy buenos resultados; me estoy refiriendo a acordarse del nombre de las personas y dirigirse a ellos en primera persona. Yo puedo confirmar que esto funciona y sirve para diferenciarse. Hay mucha gente descuidada que no presta atención a lo que le dicen, y cuando se trata de recordar el nombre de una persona con la que hablas esto queda fatal y da muy mala imagen.

    Gracias por tu comentario, muy acertado y valioso -insisto-

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