¿Adaptación a qué?


Esta misma semana escribí un artículo titulado "las crisis provocan..." en el que hacía una disertación sobre los dos instintos básicos que según el doctor y conferenciante Mario Alonso Puig, nos permiten enfrentarnos a las situaciones adversas: el instinto de supervivencia y el instinto de adaptación. Hoy quiero darle una "vuelta de tuerca" a este segundo y me preguntaré algo muy simple: ¿adaptación a qué? Se me ocurren dos respuestas posibles: al presente y al futuro. Vamos a ver ambas alternativas con detalle.


ADAPTACIÓN AL PRESENTE

De todos es sabido que las personas somos bastante reacias a los cambios -en líneas generales-, y tanto es así que incluso ya le asignamos un nombre a ese entorno en el que nos movemos cotidianamente y del que no nos gusta salir: "zona de confort". El problema es que las personas y las empresas vivimos insertos en una sociedad que evoluciona permanentemente y ahora con más velocidad que nunca, lo cual nos obliga a realizar adaptaciones en nuestro día a día so pena de quedarnos anclados y "fuera de la sociedad". Son precisamente estos cambios en el entorno lo que nos obliga a adaptarnos; pero claro, visto así, lo que realmente estamos haciendo es "dirigiendo" por improvisación (nuestra vida o nuestra empresa): primero cambia el entorno y luego nos adaptamos a él. Se trata de un cambio reactivo, una respuesta a una evolución que ya se produjo en la sociedad y ante la cual no nos queda más remedio que asumirla  e integrarla. Yo diría que el 90% de los cambios que abordamos responden a este tipo de adaptación: adaptación improvisada, reactiva, forzada por los acontecimientos.

Y ojo, no estoy criticando los cambios: ya dije que aplicar el instinto de adaptación es muy positivo y debemos entrenar esta capacidad; lo contrario es no hacer nada, que sería usar el instinto de supervivencia que sólo nos conduce a protestar todo el día contra alguien (atacar, un "deporte" muy español), huir, o quedarnos paralizados en espera de que ¿otros? lo resuelvan. Lo que quiero decirles es que hay algo todavía mejor que aplicar el instinto de adaptación frente al presente: hacerlo frente al futuro.


ADAPTACIÓN AL FUTURO

Si antes les hablaba de las respuestas reactivas a los cambios del entorno, ahora les hablaré de las respuestas proactivas, es decir, aquellas que acometemos antes de que las cosas sucedan. Frente a la dirección por improvisación, ahora tenemos la dirección por anticipación. No es fácil de ejecutar, pero como todo, estamos hablando de una capacidad que se puede aprender y entrenar: tan solo hay que proponérselo y buscar la ayuda necesaria para aprender a hacerlo.

De lo que estoy hablando ahora es de saber "leer el futuro" para acometer los cambios necesarios antes de que los cambios nos "lideren" a nosotros. Y traigo la palabra "liderar" con toda la intención, porque si damos por sentado que los líderes son las personas que promueven los cambios en los demás (haciéndolo desde la autoridad moral que se fueron ganando gracias a unos valores muy sólidos y admirados por sus seguidores), los verdaderos líderes son aquellos que saben intuir cuáles son las contingencias venideras y conducen a la gente hacia el lugar adecuado para acomodarse a ese futuro, promoviendo los cambios necesarios en las personas. ¡¡Así debe ser un auténtico líder!!, y cuánto escasean, por cierto.

[Para que no haya confusión y piensen que lo que digo atañe exclusivamente a aquellas personas que tengan la responsabilidad de gestionar equipos, citaré una frase muy interesante de Robin Sharma: "no acabo de entender cómo las personas pretenden liderar a los demás sin liderarse primero a sí mismas". Pero sobre este tema de liderazgo profundizaré en un próximo artículo]

En definitiva, la reflexión que pretendo alentar en ustedes en el día de hoy es la siguiente: ¿frente a qué debemos adaptarnos? La respuesta para mí es clara: frente al porvenir. Adaptarse al porvenir es anticiparse, y esa es la mejor manera de tener éxito en la vida y de convertirse en un líder inspirador para los demás.

Aclarado esto, la siguiente duda que aflora es: una vez que ya sé ante qué debo adaptarme, ¿cómo aprendo a leer el futuro? Estamos ante una capacidad que combina unas ciertas cualidades innatas (intuición) y otras competencias que se pueden desarrollar con el aprendizaje ("visión de negocio"). Es una cuestión que requiere una respuesta compleja que también reservo para próximos artículos por no hacer demasiado denso el de hoy.

Reciban un cordial saludo












[Conferencia en Pontevedra. Se ofrecerá más información próximamente] 



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