Hoy tuve una corta pero interesante conversación con un amigo que está en fase de transición hacia la consultoría porque considera que en su empresa ya “agotó su recorrido” ¡¡Otro más!! ¿Por qué será que los buenos profesionales acaban marchándose de las organizaciones y emprendiendo por su cuenta? Aquello que tantas veces escuchamos a nuestros directivos de “retener el talento” parece una frase de libro que ellos mismos olvidaron tan pronto como cerraron las tapas.
No es la primera vez que escucho lo mismo, y quizá la redundancia es lo que me lleva a decir que cuando uno es un profesional de valía el único camino que le queda para poder desarrollarse es ponerse por su cuenta. ¡¡Tremendo!! Los que basan su día a día profesional en la política de pasillo y máquina de café acaban medrando en las organizaciones. Por contra, muchos de los que se dedican a buscar la excelencia en su desempeño con la simple esperanza de que alguien algún día les reconozca su labor, acaban poniéndose por su cuenta hartos de no encontrar en las organizaciones el más mínimo conocimiento y hastiados de la rutina diaria a la que se vieron sometidos.
Tiene lógica: el que sabe que es bueno en su tarea usa su autoestima y su buen hacer para marcarse (él mismo) los retos que no obtiene dentro de las organizaciones. ¡¡No se asusta!! Conoce sus capacidades y, más tarde o más temprano, las usará en provecho propio dejando plantados a quienes nunca supieron extraer todo ese talento. Por lo contrario, los que son mediocres –conscientes de sus limitaciones- se aferran como imanes a las empresas que les dan la oportunidad de trabajar y se suben a la chepa de cualquiera que pueda echarles un cable y llevarlos hacia arriba. ¡¡De ello depende su futuro!!
Luego tenemos lo que tenemos: empresas repletas de burócratas y “acaricia-chepas”. Hoy me preguntaba otra buena amiga: “¿existen empresas sanas?” (entendiendo como tal aquellas en las que a cada persona se le da el valor que tiene en las que las metas se alcanzan con esfuerzo, no con peloteo). Si nos fijamos en la manera en la que tratan a la gente y en como se configuran los puestos de decisión (los criterios que sirven para cribar quien asciende y quien se queda abajo), la respuesta es NO.
Las empresas de pueblan de directivos cuyo mayor mérito es la capacidad de “empatía”; a partir de ahí, la obediencia debida es el valor principal por el que se conducen muchos de esos altos cargos y ello condiciona los criterios de promoción: los que supongan una amenaza deben ser “anulados”. Los buenos profesionales acaban arrinconados en sus puestos mientras observan como a su alrededor existe otro mundo de sonrisas y palmaditas, hasta que un buen día muchos de ellos deciden dar un portazo y llevarse toda su valía a su casa, a su propio despacho profesional.
Lamento este tono pesimista de hoy pero con él solamente pretendo transmitir la pena que me da ver el mal funcionamiento de muchas organizaciones, que aboca a la salida de ellas a los profesionales más competentes. Luego vienen los problemas: mientras muchas empresas se vuelven locas buscando la luz en un mundo de tinieblas, los antiguos trabajadores se dedican por su cuenta a enseñar el camino a otras empresas que sí confían en ellos como profesionales independientes.
Diré otra cosa para finalizar: del mismo modo que me da pena ver como muchas empresas no saben retener el talento que tienen dentro, también me alegro mucho por todos esos “presos” que un buen día decidieron fugarse de esa cárcel. ¡¡Fuera de las empresas también hay vida!! Mi más sincera felicitación a quienes supieron encontrarla.
Un fuerte abrazo a todos
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Mi más sincera enhorabuena a tu amigo :-)
ResponderEliminarYa se la trasladé, Cristina. La verdad es que es una pena ver como algunos profesionales tienen que buscarse su propio destino. A veces me pregunto si nuestro tejido industrial está preparado para acomodar el perfil profesional que emana de las universidades. A veces me lo pregunto, y otras veces me lo respondo: NO. Muchos de ellos no tienen cabida en nuestras empresas y, o bien tienen que buscarse la vida en otros países (hay miles de ejemplo) o bien tienen que ponerse por su cuenta para poder desarrollarse.
ResponderEliminar¡¡País!!
Buenas noches Joanillo;
ResponderEliminarTu amigo, entre estímulo y respuesta, ha encontrado un espacio en su foro interior. En el mismo, enalteció, irradió, empezó a frotar su maná de energía, su impulso, su don y talento desde que nacemos de libertad y facultad para elegir.
Proyectando su esencia humana, su sueño, su sentimiento de vida, con responsabilidad y crecimiento potencial y haciéndose cargo de las consecuencias, que no son otras de ser libre y encaminarse en pos de su felicidad.
Tu historia, la pasión de tus palabras, el mensaje, la hipnosis de tu comunicación, el paradigma inoculado de principios y valores, debería ser difundido a los siete vientos, para que con aire fresco, fuera escuchado por muchos, en empresas, tanto dirigentes como personas como nosotros, empleados y demás interesados. Y se pararan a pensar y analizar la viveza, visión y vocación que aportas.
La humildad, empatia, integridad y sinergias de tus palabras hacia una creencia de hacer las cosas correctas, te proyecta a una dimensión superior. Por favor, asimilen. Escuchen. Lean. La solución a mucho de los problemas, está aquí, a su alcance.
Gracias por elevar la auto-estima a los demás, no tiene precio.
Un abrazo.
Luis Ignacio
Que la vida no nos ponga las cosas fáciles no quiere decir que las cosas no tengan solución. Hay que encontrarla. Y la búsqueda comienza por uno mismo. Si uno dentro de sí no encuentra razones para luchar o no se cree capaz de marcarse retos propios... entonces sí que está perdido.
ResponderEliminarPor lo contrario, si uno cree en sí mismo y se ve con fuerzas y capacidad para solucionar los problemas que le plantea la vida, ¿cómo negarse a hacerlo?
En las empresas hay tres tipos de personas: a)sin valía, b)con valía c)con valía y valor. ¡¡Estos últimos son los que dedicen su futuro!! El resto simplemente viven la vida que otros deciden por ellos. ¿De qué grupo eres tú? Si la respuesta sincera a esta pregunta es la c, ya tienes medio camino andado aunque en apariencia no te hayas movido del sitio.
Te deseo mucha suerte y mucho valor. De la valía no tengo ninguna duda.
Un fuerte abrazo, amigo