Para que el talento explote, ¿quién pone la chispa?

Actuar, actuar, actuar… es lo que se supone que todos debemos hacer en nuestros puestos de trabajo. Y dicen que hay una relación muy directa entre la “calidad” de la acción y el “talento” de la persona que la ejecuta. Yo no lo dudo: a mayor talento, mejores resultados obtenidos.

Es precisamente aquí donde se justifica el gran interés de las organizaciones por fichar a las personas con talento e, incluso, detectar quiénes de las que están dentro atesoran tanta valía. Se busca siempre obtener los mejores resultados y se supone que éstos los alcanzarán aquellas personas más talentosas. Pero hay un problema; la acción es el tercer paso de una secuencia muy lógica que conviene conocer, y no podemos esperar “acción” si no funcionan los dos primeros. ¿Cuál es tal secuencia?

  1. CONCIENCIA
  2. RESPONSABILIDAD
  3. ACCIÓN
CONCIENCIA.- nunca resolveremos nada si previamente no tomamos conciencia de cuál es el problema. Es sumamente importante, en consecuencia, fomentar la reflexión en los empleados. Reuniones en equipo y, sobre todo, asistencia a eventos fuera de la organización (charlas, seminarios) son una buena fuente donde “beber” ideas nuevas. ¡¡Se lo digo por experiencia!!

RESPONSABILIDAD.- una vez tomemos conciencia del problema o hayamos encontrado nuevas oportunidades (vía “reflexión”), todavía queda un paso previo a la acción. Debemos ser responsables de actuar. No sirve de nada saber lo que hay que hacer si nuestro superior no nos deja hacerlo, inhibe nuestra capacidad de resolución. Esto es bastante más frecuente de lo que se imaginan, especialmente cuando quien dirige los equipos es un jefe con talante autocrático y no con perfil de líder. Así no vamos a ninguna parte, por mucho talento que tengan los subordinados

ACCIÓN.- ahora sí. Si se cumplen los dos requisitos previos (tomamos conciencia de dónde hay problemas y tenemos responsabilidad para resolverlos), ya podemos actuar. Y aquí es donde se nota el talento y la capacidad de las personas: a mayor talento, mejor resolución (se supone).

Resumiendo.- es muy importante tener personas con talento en las organizaciones, pero siendo esto una razón importante no es suficiente para tener éxito. Los jefes deben tomar conciencia (je je; se reitera la secuencia, ¿se dan cuenta?) de que fomentar la reflexión es el primer paso para poder proponer soluciones. Asimismo, los jefes deben dotar de responsabilidad a las personas para solventar las contingencias de su quehacer diario. Si ambas cosas no se cumplen, da igual el talento que tenga usted acumulado en su empresa. Es como juntar madera y gasolina. Nunca habrá explosión hasta que alguien prenda una chispa.

¿Hay mucha gasolina en su empresa? Seguro que sí. Pero… ¿se hace lo posible por encontrar la “chispa” que desencadene la explosión “de resultados”?

Un abrazo
Firma SBS

2 comentarios:

  1. AMÉN.

    En tu reflexión joanillo, se me lo permites es como la película de los 10 mandamientos, en este caso tres, en el que, te veo bajando de la montaña con la sabiduría escrita en la piedra.

    ¿Por qué no se apreciará lo que pone en dicha tablilla, descrito de forma cristalina por tus palabras?

    Yo para encender, tengo un lanzallamas; por poseer la conciencia suficiente, asumir toda mi responsabilidad en mi toma de decisiones, y por llevar a la práctica todo aquello en pro de resultados. ¿Se aprecia dicho valor?. Tu que me conoces, sabes de mí respuesta.

    Gran entrada compañero.

    Un abrazo

    Luis Ignacio

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  2. Gracias por tu comentario y tus palabras, Luis. En las empresas hay mucho talento y los directivos lo saben. El problema es que ellos no quieren ceder las otras dos cuestiones previas: quieren ser ellos los que propongan soluciones (que luego los subordinados ejecutarán con toda su sabiduría) y además quieren que los empleados actúen exclusivamente bajo sus órdenes (no ceder responsabilidad). El problema aparece cuando ese jefe carece de ideas y tampoco deja que los subordinados reflexionen. Entonces se bloquea el proceso de resolución (nadie plantea nada) y se anula el talento de la gente (¿para qué sirve si no se sabe cuál es el problema a resolver?). Ese es el mal de muchas organizaciones.

    En cuanto a tí, te deseo mucho ánimo y voluntad. Sé que conoces perfectamente estos tres pasos que describo en mi artículo y que tienes capacidad propia para ejecutarlos. Lo que tienes que hacer es luchar contra quien trate de inhibirte alguno de los tres (la capacidad de reflexión, la capacidad de decisión o tu talento).

    un abrazo

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