¡¡ Qué fácil es conseguir que te feliciten !!

Hace tiempo escribí un artículo titulado “la mediocridad que nos tocó vivir” y hoy quiero referirme a algo que guarda relación con aquella reflexión. Verán:

esta mañana recibí un e-mail en el que me solicitaban unos cuantos datos míos y ciertos documentos escaneados, para una gestión que se estaba tramitando. En unos minutos preparé los archivos, los adjunté a un e-mail y di respuesta a esa solicitud.

No pasaron ni cinco minutos y recibí una nueva respuesta en la que me felicitaban por haber mandado los documentos pedidos, lo cual me llenó de satisfacción. Pero al rato me di cuenta que esta felicitación no es para ponerse contento, sino todo lo contrario. Estamos acostumbrados a actuar con tanta desidia, tanto pasotismo y tanta ignorancia hacia los demás, que cuando uno hace lo que le piden con la diligencia
 debida… ¡¡le felicitan!! Se sale de lo normal. Manda narices: te felicitan por hacer lo que tienes que hacer.
He comentado también en otro artículo la importancia de los gestos, que allí llamé “el lenguaje no verbal de las comunicaciones escritas”. Se refería a cómo detrás de cada párrafo que escribimos transmitimos algo más que palabras: transmitimos competencias, habilidades, valores, principios. Haber respondido a un e-mail en unos minutos mereció la felicitación por parte del receptor y, seguramente, le causó una muy buena imagen de mi persona. Ante él me mostré como una persona diligente y competente, ágil en la resolución… Fíjense que modo tan simple y absurdo de quedar bien, de ganar puntos a favor.

Y todo ello es debido a que cada vez nos estamos acostumbrando a convivir con gente “mediocre”, personas que ni responden a los e-mails ni hacen las cosas con el nivel de calidad mínimo que se espera de ellos. Y es por esto que cuando uno hace simplemente lo normal, ni más ni menos, consigue destacar sobre los demás. ¡¡Qué triste!!

Ilustraré esta reflexión con un ejemplo tonto pero muy entendible: ¿tiene sentido felicitar a un equipo de futbol por ganar un partido? ¡¡Coño, pero si es lo que tienen que hacer!! ¿O acaso su razón de ser en empatar partidos y por ello debemos felicitarles cuando ganan, cuando superan el objetivo? Pues no, su objetivo es ganar y cuando ganan hacen justo lo que se espera de ellos. Y además, sus “empleados” cobran por hacer precisamente eso, ganar. Una cosa es que nos pongamos contentos por el resultado y otro diferente que premiemos y felicitemos porque la gente haga lo mínimo que tiene que hacer.

Pues lo dicho, si quieren quedar bien con otras personas, sobresalir, recibir felicitaciones, hagan exactamente la tarea que esperan los demás. Serán tan pocos los que hagan lo que se espera de ellos, que su labor será reconocida como una labor sobresaliente. Así de simple.
Buenos días y feliz jornada.Firma SBS



Artículo relacionado: la mediocridad que nos tocó vivir

4 comentarios:

  1. Joanillo;

    Que verdades comentas. Ahora el bicho raro es el que hace o intento hacer lo correcto, en base a unos principios o valores. Es el mundo al revés.

    Nadie escucha, nadie ve, por tanto, lo que a uno le sorprende es cuando alguien pone algo de interés, lo primero que piensas es que este quiere algo de mí.

    Qué lástima, que el mundo está como está. Menos mal que aún quedamos unos cuantos.

    Un abrazo

    Luis Ignacio

    ResponderEliminar
  2. Muy cierto esto que has reflexionado. Mirando un poco más allá, apuntaria que nuestro trabajo condiciona el de otros; en la mayoria de las circunstancias. Con lo cual que nos demoremos hace que otros se demoren, y no puedan ser reconocidos como eficientes o que no puedan hacer lo que tienen que hacer. Así que, TE FELICITO por reflexionar sobre la consideración hacia otras personas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Gracias a los dos por vuestra aportación. Las personas se están acostumbrando a tener que mandar chiquicientos correos recordándoles las cosas a la gente ("mándame tal", "haz cual"...) y de ahí que, a poco que nos preocupemos de responder a la primera, ya estaremos sobresaliendo.

    ¿Qué razones nos llevan a ser tan poco respetuosos con el trabajo de los demás? ¿Por qué es necesario que obliguemos a otras personas a perder su tiempo recordándonos lo que tenemos que hacer? Esta sería una buena cuestión para un debate de valores, del que se podría concluir un desmedido egocentrismo (yo, yo, yo...) y un desprecio hacia nuestros interlocutores ("¡¡que me lo repita cien veces!!"). ¿Por qué hemos llegado a este extremo? No tengo respuesta, la verdad

    Un abrazo y gracias por el comentario

    ResponderEliminar
  4. Gracias Joanillo por decirlo en "voz alta".
    Soy una de esas personas que tiene que ir detrás de los demàs "reclamando" documentación y os puedo asegurar que es muy agotador, nuestro trabajo suele depender de que una simple hoja con X datos llegue a tiempo a su destino, y la gente no entiende el "es necesario aquí y ahora", el "mañana será otro día" está demasiado arraigado olvidándose del famoso dicho "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", tan en desuso. Hay veces que el echo de que se ejecute un desahucio o no depende de un sólo papel, una visita, aún así hay personas que no dan más de sí, no llegan y no son pocas.
    Y sí,tal como te sucedió a ti, no felicitamos pero sí damos las gracias a las personas ágiles y resueltas con el tema del papeleo, imagino que no os sorprenderá pero tan sólo una persona de cada 50, para no asustar, es capaz de actuar de forma eficiente y hacer lo que se le pide en una sola vez.
    La desidia es parte del día a día. Como bien preguntas, porqué hemos llegado a esta situación? Qui lo sa.
    Lo que sí sé es que nuestra sociedad está demasiado arrelada al pan para hoy y hambre para mañana, y no aspiran más allà.
    Saludos y felicitarte por el blog,
    RB.

    ResponderEliminar