Cada vez que tuve que hablar de innovaciones remarqué lo absurdo que me parece el papel de muchos empresarios que están cruzados de brazos muy pendientes de que alguien proponga ideas nuevas para –automáticamente- introducirlas en su empresa. Para esas personas, innovar es aplicar los avances que otros están investigando, bien sea porque esos otros tienen los medios necesarios o bien sea porque ellos mismos no tienen ingenio para proponer nada nuevo.
Lo absurdo de la situación viene por el hecho de que esos empresarios no caen en la cuenta de que ellos no son los únicos que están pendientes de las innovaciones, de tal suerte que el día que se produzcan no serán tampoco los únicos en implementarlas, sino que se producirá tal avalancha de incorporaciones que la ventaja competitiva que se esperaba de ellas quedará neutralizada en menos que canta un gallo. ¡¡Y vuelta a empezar!!
Las verdaderas innovaciones y ventajas competitivas tienen que venir de los elementos intangibles de cada organización (el conocimiento “sistémico”, que se llama), por ser bastante más difícil de imitar y no depender de lo que hagan “los de fuera”. Nosotros tenemos en nuestra empresa la oportunidad de desarrollar pequeños cambios que, poco a poco, acaben posicionando a la compañía en un lugar destacado frente los competidores más "conservadores”.
¿Quién debe realizar las innovaciones? Cualquier persona de la empresa puede implementar cambios en su quehacer diario a poco que se le permita expresar su talento y si se le motive para que lo haga.
¿Cómo debe empezarse este camino? Cambiando los rígidos paradigmas del management que arrastramos desde hace un siglo; hay que enterrar el modelo directivo del “tienes que hacer lo que yo te mando”, sobre todo cuando ese modelo de gestión lo aplicamos a personas con enormes conocimientos técnicos y demostradas habilidades-competencias, que es lo que hay en la mayoría de las empresas a día de hoy. ¿Para qué fichamos gente tan preparada si luego no les dejamos hacer lo que saben?
Sigo haciéndome preguntas: ¿qué herramienta podemos usar para hacer aflorar todo el talento de las personas? En la actualidad está de moda el coaching, una metodología que guarda cierta proximidad conceptual con la psicología y que pretende conseguir que las personas pongan a trabajar su mente al máximo rendimiento.
En una conversación con un coach que mantuve hace un tiempo, él me decía literalmente: “Juan José, no te imaginas todo lo que saben hacer las personas que ni siquiera ellos mismos sabían que podían”. Dicho de otro modo: las seres humanos tenemos una capacidad para resolver problemas bastante más grande de lo que nos imaginamos o conocemos; no en vano se dice que solamente usamos el 10% de nuestro cerebro (algunos ni eso). Lo que pasa es que, por un lado, nos inhiben la acción de pensar (“no te pagamos para pensar” escuché una vez decirle un jefe a un colega mío) y por otro, no nos enseñan a hacerlo de modo productivo y eficaz. El coaching pretende suplir esta segunda laguna.
Para no hacer demasiado largo el artículo lo dejaré aquí por hoy (continuaré en próximas jornadas profundizando en la materia). Pero no me quiero despedir sin sugerir a todos aquellos que puedan desplazarse a Santiago de Compostela el próximo 5 de noviembre que asistan a las jornadas de puertas abiertas que pueden verse en el siguiente video, en las cuales se hablará precisamente de “coaching sistémico y constelaciones”, herramientas que pretenden mejorar la gestión del talento en las organizaciones:
Un fuerte abrazo
Muy interesante este enlace sobre innovación. Me hubiera gustado estar con ustedes en las jornadas de coaching sistémico.
ResponderEliminarHola Luciana:
ResponderEliminarsimplemente quería comentarte que la jornada de coaching es el fin de semana que viene (el viernes 5, en concreto). Es gratuita. Lo digo porque de tu mensaje se deduce que piensas que ya pasaron y no es así.
Si quieres más información, puedes ponerte en contacto a través de este e-mail: info@identiacf.com