GOLIAT CONTRA EL PEQUEÑO EMPRENDEDOR

Acabo de llegar de unas jornadas en la Universidad de Santiago de Compostela sobre trabajo autónomo y quería reflexionar un poco sobre lo allí escuchado. El panorama es bastante descorazonador, ya lo anticipo.

Veamos; si escuchamos los mensajes de la administración pública (sea autonómica o estatal, me da igual) se evidencia que existe un gran interés en fomentar el emprendimiento como oportunidad que es para salir del bache en el que estamos. Por desgracia, a ciertos colectivos muy concretos no les quedará más remedio que ir pensando en el autoempleo como manera de ganarse la vida.

El interés por fomentar el trabajo autónomo es evidente: hay cientos de instituciones que tratan de orientar al emprendedor sobre cómo dar sus primeros pasos. Y ahora, en concreto, se acaba de presentar en la Universidad el proyecto RUTA (red universitaria del trabajo autónomo) que busca incentivar el emprendimiento desde edad temprana concienciando a los universitarios de esta alternativa. Un paso hacia adelante con cierto sentido, que el tiempo dirá si es acertado o no.

A partir de ahí vienen todos los pasos hacia atrás. El primero en el campo de la financiación. Si todo proyecto debe nacer con una dotación económica que permita adquirir los bienes productivos necesarios, ¿cómo es que sigue habiendo tantas dificultades para acceder al crédito? Se habla de microcréditos, préstamos del ICO, avales de las Sociedades de Capital-Riesgo, apoyo de los “Business-Angels”…, pero a la hora de la verdad la cruda realidad demuestra que el emprendedor se queja amargamente de que el dinero no le llega. ¡¡Esta es lo que sucede en la práctica, señores!! Vale ya de propaganda absurda y solucionen el problema de una puñetera vez.

Pero el horizonte todavía presenta nuevos nubarrones que lejos de solucionar la cosa, parece que la van a complicar todavía más; La directiva llamada Basilea III pretende evitar que la economía vuelva a sufrir otra crisis económica como la actual y para ello establece una serie de medidas que en la práctica endurecerán las condiciones y los requisitos para acceder al crédito, buscando con ello que las empresas aumenten su solvencia (no vivan tanto “de prestado”) pero perjudicando a quien inicia su actividad y todavía no tiene un soporte contable que le sirva de aval.

El segundo paso atrás viene por los trámites burocráticos para comenzar la actividad. A pesar de que la Directiva Bolkestein sobre la liberalización de los servicios obliga a los países a promover la ventanilla única para estos trámites burocráticos, la realidad de este país evidencia que estamos bastante lejos de cumplirla, y eso que el plazo para su transposición ya está finalizado. Si uno tiene la suerte de caer en un Ayuntamiento “ágil”, en poco tiempo puede tener todo su papeleo resuelto. Pero si cae en otro del estilo contrario y dependiendo del sector en el que esté ubicado el negocio que quiere abrir, la cosa puede ser hasta de varios años. Conclusión: ¡¡abra sin licencia y luego pague la multa!! (se llegó a sugerir en el congreso al que asistí).

Voy con el tercer bache en el camino del perseverante emprendedor; con el objetivo de disminuir el fraude fiscal, la nueva Ley de Economía sostenible contempla una serie de medidas encaminadas a hacer aflorar todo ese dinero negro que circula por nuestro país. ¿Quién está en el punto de mira? El empresario y el autónomo. Ante cualquier situación que no “huela bien”, la administración lo considerará “defraudador” de entrada y le obsequiará con una inspección, en la que tendrá que ser el acusado el que presente los documentos que prueben su inocencia. Dicho de otro modo, se invierte la carga de la prueba: ya no eres inocente hasta que se demuestre lo contrario; eres culpable hasta que me demuestres que yo (administración) estoy equivocado. Esta desconfianza descarada contra el empresario, ¿es un buen incentivo para el emprendedor? Comprendo que el fraude es un problema serio que conviene resolver, pero hacerlo de esta manera y pretender al mismo tiempo que el parado inicie con toda la ilusión del mundo una actividad productiva, parecen dos cosas incompatibles.

¿Cuáles son las conclusiones que yo saqué? Que a la administración sólo le interesa que afloren nuevos emprendedores con dos objetivos: reducir las cifras de parados y aumentar las arcas públicas vía impuestos. Lo que luego suceda con la empresa, a ellos les da igual.

En el apartado de ruegos y preguntas aproveché para manifestar mi punto de vista: yo encuentro una gran desproporción entre el interés que se pone en ayudar a nacer a nuevas empresas y el mínimo esfuerzo en procurar que sigan vivas. Fíjense en un dato: el 80% de las empresas que se crean no sobreviven más allá de los 5 años. Yo me pregunto: ¿por qué? ¿no sería mejor tratar de conservar las que ya están que buscar desesperadamente otras que suplan a las que desaparecen? Lo uno por lo otro, o peor: siempre será más fácil mantener lo que tenemos que poner esfuerzos en arrancar algo que no existe.

Mi impresión es que el empresario está muy solo en su desarrollo. Al principio todo son buenas intenciones (que muchas veces no pasan de ahí, intenciones; y sino véase el problema real para acceder al crédito) pero después “que cada palo aguante su vela”. Yo (administración) tengo que recaudar y el resto me da igual.

Si no se hubieran muerto tantas pequeñas empresas en esta crisis, seguramente la situación del país fuera bastante diferente. Pero en lugar de poner el acento en procurar ayudar a esas empresas (en formación, en búsqueda de recursos económicos, etc.) lo único que se hace es buscar futuros emprendedores que compensen la sangría. Esto también hay que hacerlo, ojo, pero también lo otro. Y con más razón si cabe.

En fin. Perdonen el tostón y mi desliz hacia aspectos políticos que no me gusta tocar en este blog, pero hoy vengo bastante “caliente” y esta es mi manera de desahogarme. Les prometo que cuando se me pase recuperaré el tono optimista y no me meteré con nuestros desorientados (por ser suave) políticos.

Un fuerte abrazo

fIRMA SOCIAL BUSINESS 

 

 

 

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8 comentarios:

  1. Hola Joanillo,

    Muy cierto, si eres pequeño porque no tienes recursos y si eres grandes porque tienes demasiados :).

    Como decimos en twitter, te regalo mi #ff de esta semana!!

    Un abrazo,
    Marga Moya

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  2. Yo creo que los políticos, de desorientados, no tienen un pelo, si acaso tienen el pelo desorientado cuando hace viento...saben bien lo que hacen y a quien cortejan hasta que llegan a las altas esferas (sueldos vitalicios: entonces ya todo me da igual...yo tendré mi dinerito para toda la vida.
    Crear un negocio es complicado, en mi familia se creó y costó sacarlo a flote, pero a parte de lo malquedas que son las personas con las que trabajas, realmente con quien más tocó lidiar fue con los gestores que no presentaban los papeles a tiempo...,total, multa.
    Creo que solo me embarcaría en un negocio si primeramente me hubiera autofinanciado, osease, me hubiese tocado la lotería o hubiese trabajado mucho tiempo antes para poder costear los gastos, esperando no sean a fondo perdido.
    Por otra parte creo que solo crearía un negocio que generase empleo...ya que autoempleada ya soy: ¿no considera ZP que la formación es una forma de emplearse uno? Retrasa el que le empleen y encima paga....

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  3. Gracias por tu comentario, Sara.

    Tus palabras confirman una de las cuestiones que salió a relucir en el congreso al que asistí. La falta de emprendimiento se debe en gran medida a la aversión al riesgo que tenemos los españoles. Y yo creo que este miedo a arriesgarnos se debe a la poca ayuda que se recibe por parte de la administración y a lo voraz y despiada que es con las pequeñas empresas. Luego quieren que la gente emprenda, pero como no quiten esos miedos, ¿quién va a hacerlo? Los mangantes que nos gobiernan (ahora lo digo con un poco más de rotundidad) no están por la tarea, y así nos van las cosas.

    Un fuerte abrazo

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  4. Marga; perdona, se me olvidó hacer alusión a tu comentario. Simplemente decirte que desconocía esa manera de hacer regalos en twitter. Una de mis asignaturas pendientes es profundizar un poco en el conocimiento de esta red, pero mientras eso no sucede gracias a tí ya aprendí una cosa nueva.

    REcibe un fuerte abrazo

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  5. M. Cristina Cortés30 de octubre de 2010, 17:17

    Yo creo que la situación no es peor de lo que era antes y sigo pensando que no debes desmoralizarte (ya te lo comenté en Linkedin).
    En cuanto a la mención que haces a la Ley de Economía sostenible, el principio de presunción de inocencia y la carga de la prueba, pues esto tampoco es nuevo. En las relaciones del administrado con la Administración rige el principio "solve et repete". Es decir, paga y luego reclamas. Ejemplo: las multas.

    Un saludo y mucho ánimo,
    M. Cristina Cortés

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  6. Gracias Cristina.

    Tu comentario es tan acertado que no me dejas margen a replicar nada. Solo puedo agradecer tu participación.

    Recibe un cordial saludo.

    P.D.: mi ánimo ya está mejor. Al final uno se agarra a sí mismo y comprende que a pesar de todas las trabas, la solución sigue estando en quien lleva la iniciativa (o sea, el emprendedor)

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  7. Ramon dice (este tema me toca! jeje):

    De acuerdo en todo lo comentado. Yo tenía dos tiendas, daba trabajo a 4 personas. Este sábado tuve que cerrar una de ellas y me quedo con la mitad de la plantilla, es decir, una microempresa que hemos reducido el número de empleados el 50% (y nadie de la admon me ha preguntado aún porqué), después de haberla abierto el último año.

    El resúmen de lo que he aprendido es:

    1- No volver a montar un negocio para dar trabajo a terceros. Hoy día es incomprensible que los empleados cuesten el sueldo + 40% de SS + IRPF's... si una persona te cobra 1000 euros, te llega a costar 2000, una verguenza.

    2- El ayuntamiento con el que me tocó lidiar fué nefasto: retrasó la apertura y me tocó pagar una multa por no tener un estudio técnico de electricidad, cuando los de Fecsa dieron en OK a toda la instalación realizada... todo para sacar una multa y 800 euros al saco (más 1500 que me costó después presentar el estudio técnico...) Todo ello ha influido evidentemente en nuestras cuentas, y ha ayudado un poco más a hundirnos económicamente y moralmente (el trato de los funcionarios es de todo menos agradable).

    3- Para pedir crédito tienes que poner encima la mesa tu casa... quién quiere arriesgar eso? Yo no y creo que nadie.. todo para salvar al cáncer que son los bancos, que también han asfixiado a la empresa privada, pero claro, como son los que tienen el dinero, son intocables... mejor me callo que estos me tienen calentito...

    4- ¿Para qué pagamos tantos impuestos con una tienda de calle? Aún no he recibido ni una sola visita de la admón preguntándome si necesito algún recurso para poder crecer... y si lo voy a preguntar, me dicen que como soy mayor y no soy NINI pues que me espabile.

    5- Para despedir a 2 personas me he tenido que "endeudar" un poco más... este tema ya sé que es peliagudo y políticamente incorrecto, pero tampoco lo entiendo.

    6- ¡¡¡Un impuesto de abertura de negocio!!! ¡¡Este es la hostia!! O sea, monto una tienda y antes de ganar nada tengo que pagar?? Si nos tendrían que pagar por abrir y dar empleo!! en fin, barato no era y otro disgusto más...

    7- Bufff, es que no pararía de la infinidad de cosas que he aprendido, y ninguna de ellas, mira por dónde, no me ayuda a QUERER INTENTARLO DE NUEVO...

    Vaaale, ya sé, una microempresa de m.... y no tenemos beneficios, y menos ahora con esta inversión que nos ha fallado y no nos hemos arruinado pero casi... pero 4 personas trabajando bien valen un esfuerzo no??? Pues parece ser que no. Yo ya no...

    Gracias por escuchar mi rollo, ya me he desahogado, pero es que estoy calentito, aún me dura el disgusto del sábado despidiendo dos empleadas... gracias a la admón, gobierno y entidades financieras.

    Un saludo y feliz semana!!

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  8. Ahí queda tu texto plasmado, Ramón, para ilustración de lo que sucede en este país "contra" quien tiene la osadía de emprender. ¡¡Cómo se te ocurre hacer tal cosa!!

    Un abrazo

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