EL GATO QUE ATACÓ AL PERRO

Liderar es la palabra de moda. Parece que términos como “dirigir” se están quedando obsoletos porque transmiten una imagen anticuada de la verdadera misión de un jefe de equipo: ya no hay que mandar hacer, sino conseguir que cada empleado haga por sí mismo lo mejor que pueda, saque ese mago que lleva dentro y extraiga conejos de la chistera sea cual sea su puesto de trabajo. Para conseguir esto no hacen falta jefes que ejerzan autoridad y pisen hacia abajo, sino líderes que prediquen con el ejemplo y empujen hacia adelante.

La cuestión es: ¿todos los jefes son líderes? Y la respuesta es obvia: NO. Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Voy a disertar un poco sobre este asunto.

Existen 80.000 millones de libros sobre liderazgo y otros tantos sobre biografías de personas que en un momento dado fueron líderes en la sociedad. Y todos ellos coinciden en que los verdaderos líderes reúnen una serie de características comunes, lo que nos permitiría concluir que cualquier persona con madera de líder o que aspire a tal debe cumplir una serie de requisitos si quiere tener éxito en su cometido. Se dice que un líder es una persona entusiasta, positiva, metódica, proactiva, organizada, perseverante, meticulosa…

¡¡Caramba!! Si observamos esos adjetivos y todos los que queramos añadir veremos que todos ellos reúnen una característica común: están definiendo rasgos de la personalidad. No definen al líder por cómo debe ser con los demás, sino por como debe ser consigo mismo.  O dicho de modo más claro: es una mirada hacia el interior de una persona. Lo cual nos debe llevar a formular la pregunta “del revés”: ¿puede una persona desorganizada llegar a ser un verdadero líder? ¿Y una persona pesimista? ¿Y otra reactiva? ¿Y alguien que sea descuidada en los detalles? ¿y una persona carente de ilusión? Tenemos serias dudas, ¿verdad?

La conclusión a la que quiero llegar es que es muy difícil (por no decir imposible) ser un auténtico líder “hacia afuera” si primero no somos líderes de nosotros mismos. Una persona inestable emocionalmente, o una persona que todavía no encontró sus valores vitales, o que no está satisfecha consigo misma porque se tiene por un desorganizado (por ejemplo)… ¿puede triunfar de puertas afuera? Todos aquellos que quieran constituirse como líderes de otros debe mirar primero para sí y tratar de encontrar sus propios valores y principios, afines con el objetivo que persiguen. No puede pretender marcar pautas a los demás y constituirse en un ejemplo a seguir si primero uno no es un ejemplo para sí mismo.  ¡¡El mundo al revés!!: los gatos atacando a los perros.

Querer triunfar de puertas afuera sin reunir una serie de cualidades interiores es un poco difícil. Existe un debate en la red social linkedin en el que se pregunta ¿qué es aquello que nunca le perdonarías a un líder? Aunque son muchas las respuestas que aparecen y todas tienen sentido, quizá yo remarcaría una: la incoherencia. Un líder tiene que ser siempre una persona íntegra y coherente, no puede tener una cara hacia el exterior y otro comportamiento diferente hacia adentro. No puede mantener unos principios y unos valores hacia sus seguidores y tener otros totalmente diferentes hacia sí mismo. Eso no es creíble y nadie confiaría en una persona así. Por lo tanto, ya tenemos la primera lectura para aprender si queremos liderar personas: debemos primero ser líderes de “nosotros mismos”, esto es, reunir una serie de cualidades que sirvan de ejemplo hacia los demás.

 Solamente después de haber conseguido esto estaremos en disposición de poder liderar a otros. Por cierto, estoy seguro que alguno dirá: “pues yo conozco a un gato que ataca a los perros”  ¡¡Toma!! Y yo también conozco a alguno que pretende liderar de modo incoherente con sus propios valores internos. De todo hay en la viña del Señor.

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3 comentarios:

  1. Hola Joanillo,

    Supongo que debe haber muchas cosas que nos ayudan a conocer nuestra caja negra, pero creo que uno de los problemas es querer visitarla, me explico, ser sincero y hacer corresponder tus mundos, el interior con el exterior, es lo que yo entiendo por sinceridad, coherencia, transparencia, etc.

    ¿Por qué no nos podemos comportar en casa con los ‘nuestros’ igual que con nuestros compañeros de cada día?. Es cierto, que una cosa es el trabajo y otra la amistad, pero si nuestra familia no está contenta con nosotros, podemos pensar lo mismo con nuestro equipo.

    Ser racional es importante (yo lo soy mucho por formación) pero es bueno, pienso, expresar nuestra emocionalidad y no guardarla.

    Un fuerte abrazo,
    Marga Moya

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  2. Hola Juan José,
    me parece muy interesante como siempre tu entrada. Una vez más le pones un pequeño "pero" a lo que muchos asumen sin más como verdades universales en el mundo empresarial. Está de moda ser líder, todo el mundo puede ser líder, sería la falsa verdad universal. Y tú nos dices que no es así. Excelente. Coincido contigo. Sin embargo, yo profundizaría un poco más. Me explico.
    En mi opinión, de un tiempo a esta parte se está desvirtuando el liderazgo. Es cierto que técnicamente liderar es dirigir un grupo, pero para mí liderar tiene una connotación que va más allá. Si miramos atrás en la historia, los líderes son aquellos que además de dirigir han llevado a sus liderados a salir de una situación difícil, a superar la excelencia, a superarse a sí mismos. Un ejemplo, Churchill. Muchos han dirigido Inglaterra. Pero, ¿cuántos la lideraron? El líder ejerce sobre los liderados una especie de efecto persuasivo que les lleva a dar lo mejor de sí mismos para beneficio de todos (en este punto coincido contigo en que el lider ha de ser un espejo en el que se miren los liderados y ello exige coherencia interna y externa del lider).
    Por último, por las características que lo diferencian del resto, el líder es escaso en número. No todos podemos ser líderes. Podemos ser excelentes directores y excelentes personas, pero el liderazgo se demuestra en los momentos difíciles. Y en los tiempos que corren, que es cuando más necesitados estamos de esta figura, estamos comprobando que muchos que se autodenominan como tal no son líderes sino meros gestores-directores.

    Se podrían decir muchas más cosas. Te ruego que me disculpes si mi comentario es un poco espeso, no he tenido tiempo de pulirlo demasiado. Son pensamientos que me han venido a la mente al leer tu entrada.

    Un saludo,
    Cristina

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  3. Gracias por tu aportación, Cristina. Tu comentario es perfecto y no necesita ser pulido. Creo que expresas con bastante claridad tu punto de vista y no me queda más que agradecerte que te hayas tomado la molestia de escribir.

    Un fuerte abrazo

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