FORTALECER UNA EMPRESA (y 4)

En este último artículo de resumen, voy a hilar todo lo explicado hasta ahora con la situación económica que estamos atravesando. El objetivo perseguido es tratar de concienciar a los empresarios, a los emprendedores, a los directivos, que las crisis tienen influencia en los resultados económicos de las compañías pero no son quienes determinan su viabilidad en última instancia. El que una empresa sobreviva a una crisis o se quede en el camino dependerá siempre de la fortaleza con la que se enfrente a esa contingencia.

En mi disertación del jueves usé una comparación con el cuento de los tres cerditos. Ésta era la diapositiva:

image

En ella se veía al lobo soplando (equivalente a una crisis) y se observaba como ese soplido afectaba de modo diferente a cada una de las construcciones dependiendo de la solidez de las mismas. El que había edificado su casa con paja, el viento se la tiraba a la primera de cambio. Quien la había hecho con madera, la construcción aguantaba razonablemente bien y solamente le desaparecía el tejado. Finalmente, quienes tenían la casa construida del modo más sólido posible soportaban perfectamente bien la situación y además tenían la capacidad para realojar en su interior a los “huéspedes” que se habían quedado sin casa.

Para reforzar esta idea usaré otro nuevo ejemplo. Imaginémonos que ustedes tienen un hijo que quiere entrar en la Universidad. Como paso previo deberá aprobar el examen de selectividad. Imaginemos que suspende y que les viene a casa con la siguiente argumentación: “Papá, mamá, no podré ir a la universidad por culpa del examen de selectividad” ¿Cuántos de ustedes se creerían esa excusa? Todos sabemos que la razón última de no haber podido acceder no fue del examen en sí, sino del nivel de preparación con la que cada uno de ellos se enfrentó a esa prueba. Los mejor preparados pasan. Los peor formados se quedan atrás. Por seguir con la comparación, las crisis son los exámenes de selectividad de las empresas y todas saben que cada cierto tiempo les van a poner uno. Quienes se hayan preparado y estén sólidamente formados, pasarán. Quienes se haya recreado en sí mismos, se hayan estado mirando el ombligo y no se hayan fortalecido, ya saben lo que les queda.

En definitiva, lo que determina que una empresa aguante o no una crisis es su propia fortaleza interna, fortaleza que se consigue tal y como ya describí en los artículos anteriores y ahora les recuerdo:

  1. “Inventario” de funciones que constituyen la empresa
  2. Rango de importancia de cada una de ellas desde el punto de vista de la contribución a la ganancia de valor
  3. Decisiones sobre las que NO aporten valor: delegar o externalizar
  4. Decisiones sobre las que SI sean críticas: asunción por parte del empresario
  5. Desarrollo de todas las tareas inherentes a cada una de las funciones: planificación, organización, dirección, control.
  6. OJO: aunque se hayan delegado o externalizado funciones, el control debe permanecer en manos del directivo. Lo que se delega son el resto de tareas.

Con este planteamiento conseguimos que el emprendedor se centre en aquellas tareas que son críticas para el negocio y se olvide de actividades superfluas que consumen tiempo y recursos sin aportar valor a la organización. Estas tareas son los pilares que aguantan la edificación, los que menos deben tambalearse cuando venga el “mal tiempo”. Si no se caen, la supervivencia estará asegurada. De ahí el interés en dedicar los esfuerzos a cimentarlos bien.

Con este comentario finalizo la parte de conclusiones que se pueden sacar de mi conferencia. Ya sólo me queda volver a explicar el ejemplo que expuse en su momento para ilustrar toda la disertación, cosa que haré en próximo artículo.

Un abrazo

Firma blog

No hay comentarios:

Publicar un comentario