Nunca fue tan fácil mandar una “carta” a otra persona. Si hace años alguien quería mandar un documento escrito tenía que pasar infinidad de penurias: una máquina de escribir, un folio, un sobre, un sello, llevarlo al buzón, esperar unos días a que llegara… Hoy es cuestión de unos minutos: se abre una ventanita, se pone la dirección del receptor, cuatro golpes de los pulgares a un teclado, y a correr. En unos segundos ya está en poder de nuestro interlocutor.
Si esto es así… ¿por qué no aprovechamos todo este potencial en nuestras relaciones comerciales? Cuando hablamos de habilidades comunicativas generalmente pensamos en la palabra y nos imaginamos a dos personas intercambiando opiniones. Pero no nos olvidemos que mandar un e-mail también es comunicación, y que podemos aprovechar esta opción para reforzar nuestra relación personal con aquellos clientes que nos interesen. No consiste en aburrir al cliente con mensajes sin sentido, en un bombardeo de publicidad o tonterías. Consiste en contactar de modo personal y “cariñoso” con aquellas personas que son importantes para nosotros. A mí en particular me gusta tener las direcciones de e-mail de ciertos clientes y mandarles un mensaje de vez en cuando. A veces simplemente para saludarles, otras para comunicarles alguna oferta o una próxima visita. Con algunos comparto hobbies y nos mantenemos en contacto a través de este medio. A algunos les confirmo datos de salida de pedidos, etc.
Esta simple acción, que a mí me parecía insignificante cuando la inicié, me llevó a entablar una relación mucho más cercana y cordial con un buen grupo de clientes. ¿Por qué? Pues simplemente porque casi nadie de mis competidores usa esta vía, lo cual me está diferenciando de ellos. Mis comunicaciones son siempre cordiales y personalizadas; nunca reenvío un correo recibido sin darle un toque personal, sin cambiar el enunciado y dirigirlo personalmente y por su nombre a quien me interese.
Mi mensaje de hoy es bastante simple: tenemos a nuestro alcance infinidad de herramientas que nos permiten mantener un contacto cercano con gente importante para nuestro negocio, y no las usamos adecuadamente. No consiste en reenviar todas cuantas chorradas nos entran en el ordenador, pero de vez en cuando sí que está bien coger alguna de ellas, retocarla un poquito, personalizarla, y mandársela a un cliente. Unos días después, cuando le vayamos a visitar, ya tenemos un elemento para iniciar la charla: “¿viste el video que te pasé de tal cosa? ¿qué te pareció?” Estas actividades tienen poco coste pero, convenientemente realizadas, pueden suponer un importante avance en la relación personal con nuestro interlocutor.
Le aconsejo que cuando piense en comunicación ante el cliente, se acuerde también de esta vía como método de reforzamiento de las visitas personales. No vale para todo el mundo ni todo el mundo la valora igual, pero por aquí usted puede “acercarse” a 10 ó 12 clientes (por poner una cifra), que ya es bastante más de lo que seguramente hace la competencia.
Un cordial saludo
Ramon digo:
ResponderEliminarYo de vez en cuando envío por email a mis principales clientes informes de mercados, de marketing o documentos que creo que puedan ser interesantes para ellos... Mi frustación viene cuando algunos de ellos no contestan ni con un simple "gracias"... Aún así, en próximas visitas siempre les saco el tema y entonces es un buen punto de partida de la conversación para orientarla al tema que nos concierna ese día. Por eso, "de vez en cuando" lo continúo haciendo aunque el veloz día a día al que estamos sometidos no les permita ni enviar el simple "gracias" (y eso también es comunicación para con el proveedor...)
Pues eso, gracias por dejarme intervenir y un saludo!
Ramon.
Sí, es verdad, Ramón. No siempre todo el mundo responde a los mensajes y eso es decepcionante. Eso ya deja de ser "comunicación", es como hablar con una pared. Lo importante es ir buscando aquellas personas que sí lo hagan y con las que podamos mantener una diálogo ocasional a través de este medio, que como dije, no serán muchas. Aun así, por pocas que sean, al final acaban siendo importantes y se sentirán más vinculadas con nosotros que con los competidores que omiten esta comunicación. La venta al fin y al cabo consiste en ganarse al cliente, y en eso debemos buscar la manera de diferenciarnos de los rivales que aspiran a lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo
Joanillo