Ganadores y perdedores

En el mundo de los negocios y en la vida en general, lo usual es asociar el término "ganadores" a aquellas personas que tienen éxito y, por contra, "perdedores" a los que fracasan cuando se plantean un reto. Me parece una simplificación muy burda de las cosas y, para colmo, echar un semilla para estigmatizar a quien tiene ansias de mejora y se plantea retos de superación. Si a todo el mundo que no logra sus objetivos le ponemos la etiqueta de "perdedor", poco a poco iremos haciendo que cada vez haya más personas acomodadas que no se plantean prosperar por miedo al rechazo y a la vergüenza derivadas de su hipotético fracaso. Como decía una sabia frase...


Veamos otra interpretación posible de la dicotomía ganadores/perdedores:

Cada vez que tomamos una decisión en la vida nos sometemos a una renuncia; es el llamado "coste de oportunidad" que todos conocemos: elegimos una opción y, obligatoriamente, desechamos una alternativa. No puede ser de otra manera y hay que asumir este coste. Pues bien, desde mi punto de vista, los "ganadores" son aquellas personas que siempre miran hacia adelante y "apechugan" con la decisión tomada, independientemente de que fracasen o tengan éxito en la labor emprendida. Miran para adelante, aprenden de los errores que pudieron cometer y vuelven a intentarlo, sin estar lastrados por la renuncia que hicieron al optar por esa alternativa. 

Por contra, los "perdedores" son aquellos otros que ante cualquier adversidad que se topen por el camino, automáticamente miran para atrás y se lamentan por no haber tomado la otra decisión. No se pueden sacar de la cabeza aquello a lo que renunciaron y viven con la sensación de que la otra alternativa hubiera sido más acertada. ¿Por qué? ¿En dónde lo pone? ¡¡No se puede vivir con esa creencia entre ceja y ceja!!, porque se trata de una creencia irracional -basada en suposiciones- que genera una enorme insatisfacción y frustración. Por eso son "perdedores"; porque no saben sacar conclusiones de las decisiones tomadas, no saben aprender, no tienen capacidad para perseverar y, para colmo, viven constantemente en el recuerdo de lo que pudo haber sido.

Pongamos un ejemplo que ilustre esta disertación; supongamos que una persona deseosa de prosperar en el terreno profesional toma la decisión de marcharse de su actual empresa y emprender un nuevo proyecto que -se supone- va a colmar sus expectativas. Los caminos casi nunca son fáciles y es de esperar que aparezcan baches que le obliguen a ir más lento de lo que preveía:

  • ¿qué hace un "ganador"? Un ganador cree en sus posibilidades y apuesta firmemente por su proyecto. Cae y se levante, cae y se levante, cae y se levante, cae...; cada vez que se levanta aprende del tropezón y valora positivamente aquello que sucedió; lo añade a su bagaje y experiencia profesional. Se levante y mira hacia adelante, hacia el objetivo, hasta que más tarde o más temprano lo logre. Y si no lo logra, tampoco pasa nada. Se plantea uno nuevo y punto pelota. Lo que no hace nunca es mirar para atrás y arrepentirse de la decisión tomada. ¡¡Eso es un ganador!!
  • ¿qué hace un "perdedor"? Ante los baches antes mencionados, comienza a recordar cómo era su vida antes de haber elegido el nuevo camino y se centra en las renuncias que conlleva su decisión. No se enfoca en todo lo nuevo que está aprendiendo y experimentando; los recuerdos del pasado pueden más y le absorben toda la mente. Así hasta que va notando que se queda sin fuerzas para perseverar; así hasta que se autoconvence que su decisión fue errónea y que hubiera sido mejor seguir en donde estaba, que la carencia de autodesarrollo también tenía su compensación en la tranquilidad con la que vivía. 


Un acabo con una reflexión final: ¿qué consigue el perdedor autoflagelándose? ¿va a cambiar su destino? ¿va a poder volver a dónde estaba? La respuesta es NO, con lo cual se encuentra en un punto sin retorno: las creencias irracionales no ayudan a resolver problemas y sí generan un gran malestar emocional (primero) y físico (después). Como bien nos decía Elsa Punset la semana pasada en el www.openyourmindscq.es, todas las situaciones de estrés a las que nos sometemos nos dejan una huella en el cuerpo a modo de úlceras, insomnio, psoriasis, etc. ¿Les suena?

Visto esto, ya solo me queda preguntarle... ¿es usted un ganador o un perdedor? Y como decía Sergio Fernández en el mismo congreso, es como estar embarazada: o se está o no se está. Uno no puede estar "sólo un poquito". Aquí es igual: o eres una cosa o eres otra; uno no puede ser "un poquito ganador".

Reciban un cordial saludo




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