¿Qué hay de nuevo, “viejo”?

Un empresario de una pequeña PyME del sector servicios me mostraba recientemente su preocupación por la actitud apática de sus trabajadores. No eran personas conflictivas, me aclaraba, pero su trabajo se limitaba a hacer lo justito. Se echaba de menos algo más de iniciativa y proactividad, de ilusión e implicación. Y lo que en el fondo quería preguntarme este colega era si había alguna innovación en el campo de los Recursos Humanos que él pudiera utilizar para despejar los negros nubarrones que se atisbaban por el horizonte como la gente siguiera con ese comportamiento.

La respuesta fue contundente: “está todo inventando, amigo”. Su muesca de resignación fue elocuente, por lo que decidí profundizar un poco en los problemas para que se diera cuenta que aunque esté todo “inventao”, eso no significa que no se pueda hacer nada. De hecho, hay por ahí cientos de cosas que todo el mundo conoce pero casi nadie aplica. ¿Para qué queremos cosas nuevas?

Primero; el teletrabajo. La gente sigue siendo reacia a darle libertad a los empleados (en los casos que sea posible, claro está) porque tienen miedo a no controlar lo que hacen. ¡¡Supina tontería!!. Acaso, ¿lo controlamos por tenerlos en la oficina calentando una silla? Pues no. En la oficina pueden estar perdiendo el tiempo exactamente igual que lo harían en su casa, pero con una gran diferencia: en la oficina se “queman” y en su casa de “motivan”. Así de claro. Lo que debe hacer este empresario es poner el punto de mira en el resultado, y dejar que el trabajador ejecute el proceso en el lugar que quiera y en el momento que le dé la gana; eso sí, dando siempre el resultado esperado (o mejor) y en el plazo previsto. Un trabajador que disfrute de tanta libertad se implica a tope en el proyecto, máxime sabiendo que si pierde el empleo ninguna otra empresa le va a dar oportunidades como esa. Y esto es, en el fondo, lo que buscamos: ¡¡máxima implicación y máxima motivación!! Y los proyectos finalizados en plazo, por supuesto. Da igual que lo haga en su casa o en la playa.

Segundo.- ¿cómo retribuimos al personal? Ante esta pregunta, la respuesta que obtuve fue rotunda: con un sueldo fijo. ¡¡Estupendo!! A las personas hay que garantizarles un salario digno y estable porque de lo contrario tendrán problemas personales que –inevitablemente- traerán consigo a la oficina y serán el germen de muchos conflictos futuros. Pero fuera de eso, ¿qué razones tiene para esforzarse una persona que, haga lo que haga, siempre va a cobrar lo mismo? Los incentivos variables llevan inventados desde la época de los visigodos, pero todavía ya miles de empresas que no saben de qué va el asunto.

Mediante retribuciones variables podemos premiar tanto los buenos resultados obtenidos como una mejora continua en el desempeño (innovación, en una palabra). Y no solo eso: como ya escribí hace mucho tiempo en este mismo blog, los incentivos NO deben ser entendidos como elementos de retribución, sino como elementos de DIRECCIÓN. Esto es, mediante los incentivos dirigimos los comportamientos del personal hacia donde le interesa a la empresa: ora premiando formación, ora premiando propuestas de cambio, ora premiando excelencia en el desempeño, ora premiando calidad en el resultado final, etc. Solo hace falta establecer las medidas objetivas para evaluar las mejora en el área que nos interese, y punto pelota. Y para que nadie tenga dudas, se puede hacer en todas y cada una de las facetas arriba comentadas (el que quiera que me llame, y le explico yo cómo).

Podría seguir poniendo ejemplos de algunas cosas más que se me ocurren de esas que “están inventadas” pero no aplicamos, pero lo dejaré para otro artículo. Mi mensaje de hoy es claro: el problema de muchos directivos no está en escasez de ideas, que por el mundo circulan muchísimas. Está en la puesta en práctica de las mismas. Este mismo empresario que tan interesado estaba en encontrar ideas innovadoras para desbloquear esa incómoda situación, ¿creen ustedes que las llevaría adelante si yo le hubiera sugerido alguna? Seguramente NO. Y ahí esta el problema.

Les animo a que piensen sobre esto. Un cordial saludo
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2 comentarios:

  1. Hola Juan,
    Estoy totalmente de acuerdo contigo, como siempre. Es cierto que en países como Francia, Reino Unido, Noruega, Holanda, etc. nos llevan mucha ventaja, y vamos a la cola. Yo llevo muchos años detrás de mi sueño que es Teletrabajar, más de diez años, y he visto en esta crisis una oportunidad puesto que las TIC's, las redes sociales, la globalización del mercado, etc. son las herramientas necesarias para poder funcionar. Nosotros ofrecemos (como ya sabes) externalización de servicios mediante el tele-trabajo, creo firmemente que es el futuro, y que tanto trabajadores, como empresas, salimos ganando con este método innovador de trabajo.

    Me encantan tus artículos, eres un gran comunicador, te lo digo sinceramente. Hasta pronto, Bego.

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  2. Muchas gracias por tus cariñosas palabras, Bego. Los tiempos de "calentar la silla" se acabaron. Ahora necesitamos personas productivas desde el punto de vista intelectual, y eso se consigue cuando están motivadas. ¿Existe mayor motivación que poder disponer libremente del tiempo? A mí no me cabe ninguna duda que si damos esta oportunidad en aquellos puestos que sea posible, las personas la aprovecharán y nos recompensarán con resultados mejores de los que podíamos esperar.

    Un fuerte abrazo

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