POLÍTICA Y MANAGEMENT

Traslado a este foro un debate encontrado en linkedin que me resultó, cuando menos, curioso. En él se lanzaba la pregunta de si los políticos del perfil de Zapatero o Rajoy (mencionados expresamente) serían unos buenos directores generales de una multinacional.

Supongo que la cuestión nace al convertirse en una costumbre que los políticos “cesantes” rápidamente vayan ocupando puestos ejecutivos en la empresa privada, lo cual nos puede llevar a pensar que ambos terrenos guardan una relación muy estrecha entre sí y que un político es una persona versátil que tanto “vale para un roto como para un descosido”.

Veamos; un político es una persona que vive de usar las relaciones humanas para vender sus ideas. Esta cualidad, que podíamos definir como “politiqueo”, requiere una habilidad particular: decirle a cada uno lo que quiere oír. No es infrecuente que quienes se dedican a la política tan pronto digan “arre” como “so”, sin demasiado pudor ni vergüenza. Su objetivo es ganarse los favores de su interlocutor y para tal fin no escatiman en usar todas cuantas “chaquetas” tengan en su vestuario.

¿Es esta artimaña útil en la dirección de empresas? Podría tener su interés para captar clientes o para cerrar negociaciones, pero yo creo que no es suficiente para conseguir una buena gestión del negocio. Es cierto que en los altos directivos se valora la cualidad de que sean moldeables, adaptables a las circunstancias, y se critica el inmovilismo y la dificultad para adaptarse al cambio, pero esas cualidades no pueden nunca sustituir a los conocimientos de management o a la visión de negocio.

Aunque haya algunas excepciones, buena parte de los políticos carecen de formación específica en el mundo de la gestión empresarial. Pensar que esta enorme carencia puede quedar suplida por las buenas dotes “políticas” es pensar que la empresa sobrevive gracias al buen “rollito” y a las relaciones con los demás. Para generar este tipo de empatías ya existe un puesto, llamado “relaciones públicas”. Aquí sí que podría llegar a encajar un político después de la consiguiente adaptación, pero de ahí  a ser nombrado director general de una empresa como se sugiere en el debate…

La generalización de este tipo de trasvases (política-dirección de empresa), cuando no están justificados técnicamente, abocan a convertir las empresas en lo mismo que es la política: una cuna de gestores oportunistas que creen que con las relaciones sociales ya pueden hacer sobrevivir una organización. Flaco favor le hizo este pensamiento a la gestión de algunas Cajas de Ahorros, por citar algún ejemplo en donde es muy descarado el “cambio de cromos”.

No podemos permitir que se confundan ambas disciplinas (política y dirección de empresa) por mucho que un buen gestor de una organización tenga que tener dotes de “político” para gestionar ciertas relaciones sociales. Eso es una cosa, y otra pensar que quien jamás tuvo en sus manos un libro de management esté capacitado para hacer competitiva una gran organización. Por desgracia para nuestro país, los largos tentáculos de la política están empezando a abrazar a la empresa privada, y de ello el tiempo nos pasará su factura en términos de falta de competitividad. Cada cosa para lo que es: formemos buenos gestores, potenciemos el emprendimiento de calidad, e impidamos que el favoritismo acabe convirtiendo a las compañías en la nueva presa de los políticos oportunistas.

Un abrazo

fIRMA SOCIAL BUSINESS

4 comentarios:

  1. Querido J.J.
    Estoy de acuerdo con el planteamiento general de tu articulo y con la visión lúcida que muestras sobre nuestros políticos ,ahora bien n me gustaría hacer alguna matización .
    1º Los políticos no nacen por generación expontánea , en buena lógica provienen de la sociedad a la que dicen servir. Algo deberian conocer se sus empresas para después de su paso por la política volver a ellas. Sin embargo , por ejemplo en Catalunya en el ultimo gobierno tripartito la mayoria de sus integrantes mas destacados n no han trabajado jamás en nada y solo han sido políticos. (horror)
    2º En comunicación es clave decir lo que el auditorio quiere oir , si no, no te escucha y eso aterra a lospolíticos. Sin embargo el buen comunicador debe saber decir,tambien, lo que creé que deben escuchar; que no siempre es lo mismo y eso requiere habilidad y honestidad que no todos tienen . O sea que la cosa es compleja y como bien dices con tanto mediocre suelto el pais lo tiene crudo. Un abrazo.

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  2. Hola Juan José,

    en mi opinión, cuando una gran empresa contrata como consultor a un ex-alto cargo político o presidente, lo que buscan no es un buen gestor. Lo que hacen es un "toma y daca": yo te doy un buen sueldo y un puesto con prestigio y a cambio tú mueves tus hilos, tiras de tus contactos y pides los favores que te deben para conseguir cerrar negocios o negociaciones que necesitamos.

    De la gestión de la empresa ya nos encargamos nosotros. Tú sal ahí y pon la cara bonita.

    Caso claro, Aznar (pongo a este pero son todos iguales, no importa el Partido político):
    "Asesor Externo para Latinoamérica" O_O Latinoamérica no fue nunca un éxito en la política exterior de Aznar y sin embargo, lo ponen como asesor.

    En fin, que una vez más estoy de acuerdo contigo. A determinados niveles, empresa y política están demasiado entremezcladas.

    Un saludo,

    M. Cristina Cortés
    http://blognegociosdinero.com

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  3. Claro que sí, Cristina. Yo pienso exactamente igual que tú: los políticos son queridos en las empresas para aprovechar sus relaciones y conseguir con ellas favores muy precisos. Actúan como relaciones públicas y aunque sea penoso comprobar cómo las empresas usan estas artimañas para conseguir ciertos contratos, etc., tiene cierta lógica que los políticos puedan ocupar estos puestos concretos en la empresa privada.

    Pero la gestión es algo más serio que requiere de unos conocimientos concretos y una práctica. Prueba de lo inadecuado de mezclar política y dirección de empresa son la gestión de la mayoría de las cajas de ahorro, tan de actualidad.

    Un fuerte abrazo y gracias por seguir ahí, "escondida" detrás de todos mis artículos.

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  4. Hola Carles:

    yo a veces añoro la política de hace años, aquella en la que realmente se confrontaban ideas y en la que se establecían unos debates dialécticos muy ricos, protagonizados por personas que tenían un buen manejo del lenguaje y la retórica.

    La clase dirigente de hoy es muy mediocre, y ni siquiera saben debatir. Es la consecuencia de que no haya ningún filtro para llegar a ser un dirigente político: solo es necesario que alguien te nombre a dedo y tire de tí. Con tan bajo perfil "técnico", ¿qué podemos esperar?

    Estos incompetentes luego medran en base a sus relaciones sociales, prestando favores y cobrándolos en el futuro, hasta que finalmente se puso de moda su trasvase a la empresa privada para seguir "trapicheando" con aquellos que les deben favores. Cuando el manto de la mediocridad se extiende hasta la propia empresa privada (fuente de riqueza y desarrollo de un país y de sus ciudadanos), ¿qué podemos esperar que suceda? Dejo la pregunta en el aire, aunque me temo que todos sabemos la respuesta.

    Un abrazo y gracias por "asomarte" a éste -tú- foro.

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