TELETRABAJO

Estoy leyendo una estadística que habla de la implantación del teletrabajo en los países de la Unión Europea y como en otras muchas cosas relacionadas con el ámbito laboral, estamos a la cola de Europa. Vean; mientras que el promedio de teletrabajadores en la Unión Europea alcanza el 13%, en España apenas llegamos al 5%. En la reflexión de hoy quiero hablar sobre este asunto.

El modelo laboral que tenemos en España está totalmente obsoleto y mal enfocado, desde mi punto de vista. Nuestras relaciones laborales se basan en la desconfianza empleado-empresario y viceversa. Los empleados parten de la premisa de que el empresario quiere aprovecharse de ellos, es decir, tratarlos como mera mano de obra con las mínimas condiciones posibles, y el empresario cree que el trabajador es un holgazán que tan pronto como pueda se va rascar la barriga a su costa. Esta mentalidad desconfiada hace que las medidas de control sobre los trabajadores adquieran una exagerada preponderancia, hasta tal punto que se establecen unos horarios de oficina demasiado estrictos que sólo buscan tener al empleado bajo control.

Luego sucede lo que sucede: “vamos al trabajo”, que no es lo mismo que “ir a trabajar”. Dicho de otro modo, estamos en la oficina calentando la silla las horas que nos piden, lo cual no significa que seamos productivos. Cualquiera que tenga curiosidad por ojear estadísticas descubrirá que somos el país que más horas echamos en el trabajo pero que ello no se traduce en que tengamos una alta productividad, más bien todo lo contrario.

Vamos al tema del teletrabajo. Se trata de una herramienta que lleva muchos años a disposición de los empresarios y que, bien usada, puede aportar importantes beneficios a la empresa y al empleado. Esta cuestión ya la descubrieron por Europa adelante, aunque nosotros seguimos mirando la vida pasar sin hacer nada para incorporar estas innovaciones a nuestro día a día empresarial.

¿Dónde están los beneficios? Para el empleado son claros: el teletrabajo contribuye a mejorar su conciliación entre vida laboral y vida personal. Para el empresario, mejorar las condiciones laborales del trabajador aumentará su motivación y su implicación en el proyecto empresarial, algo que se demanda constantemente pero para lo que no se habilitan las soluciones oportunas. Otras ventajas menores (pero ventajas al fin y al cabo) pueden venir del lado de los gastos: menos coste de desplazamiento al trabajo, menos costes en vales-menú…

Y ahora vamos a ver cuales serían los problemas a solventar para una óptima aplicación de la medida:

  1. Ante el miedo a perder el control sobre las tareas del teletrabajador, esta metodología requiere que el empresario ponga el punto de vista en el resultado y no en el proceso. Es decir, a mí me tendría que dar igual lo que haga el empleado con tal de que alcance el resultado esperado. Soy consciente que en su casa va a meter menos horas que en la oficina, porque al fin y al cabo, en el despacho pasa buena parte del tiempo “calentando la silla”. ¡¡Qué más me da!! Lo que a mí me importa es que obtenga el resultado esperado y aunque esas horas “sobrantes” las dedique a su familia, pensaré que realmente en esto reside el secreto de la motivación y la implicación que quiero conseguir. Es más, estoy totalmente seguro que la productividad aumentará considerablemente, puesto que el primero que está sumamente interesado en que esta metodología funcione es el propio empleado, razón por la cual tratará de que su trabajo sea excelente. ¡¡Todos felices y a comer perdices!!
  2. Pero el problema más importante a resolver es el derivado del cambio de mentalidad. La aplicación de “innovaciones” de este índole requiere una mentalidad abierta basada en la confianza, exactamente lo contrario de lo que sucede en estos momentos. Esto no quiere decir que no se vaya a aplicar un control sobre el resultado, y esto tienen que saberlo y tenerlo muy presente tanto el empresario como el trabajador. La aplicación de medidas aperturistas en cuanto a procesos puede tener además ventajas adicionales derivadas del afloramiento del talento del empleado, quien tendrá plena libertad para decidir cómo ejecutar su tarea con tal de presentar un resultado excelente. En el modelo actual de control férreo de horarios y procesos de ejecución, el talento queda totalmente inhibido para perjuicio de la organización y con riesgo de “burnout” en el empleado.

En fin de cuentas, lo que me llama la atención es que casi toda Europa ya cayó en la cuenta de las bondades de este modelo y nos sacan varios cuerpos de ventaja. Aquí seguimos encerrados en nuestro sistema arcaico, viviendo de espaldas a métodos que ya son realidad en otros lugares, mientras imploramos al cielo en busca de innovaciones que nos permitan diferenciarnos. ¿No es esto una gran paradoja?

fIRMA SOCIAL BUSINESS

2 comentarios:

  1. Ramón dice:

    100 % de acuerdo, como dices, el modelo de trabajo asistencial está totalmente desfasado, es un lastre:

    1- para las empresas aumentando sus costes de una manera bárbara, también aumentan drásticamente los costes del trabajador por gastos de desplazamiento que claro, tienen que costearse con sueldos altos etcetcetc...

    2- para el trabajador, calentando la silla=burnout o burnin o las dos cosas o más, que de haberlas haylas... el control... ¡¡¡hay el control!!! se controla todo menos lo que se debería "controlar"... y claro, esto es igual a menos productividad con lo que la empresa continúa perdiendo y blablabla... (por no decir etcetcetc...)

    y habría puntos 3,4,5,6,7,8 hasta cientos de puntos negativos...

    Pero hasta que los empresarios y dirigentes y gestores y medios cargos y trabajadores no nos pongamos en solfa cambiando las mentalidades del mundo laboral, esto no se va a implantar... y me dá a mi que falta mucho para que esto ocurra...

    No hay más que ver lo de la huelga general última que hemos tenido... estamos anclados en los años 60 en lo que a lo laboral se refiere, y así no se levanta un país, ni una empresa ni nada... ni se ven indícios de cambios.

    Mal, muy mal por nuestro país, sus dirigentes, los empresarios y los trabajadores, TODOS deberíamos cambiar y, lo peor, es que esto aún no se enseña en las escuelas, ni Masters ni en muchos MBA's... se dice que existe el teletrabajo, pero no cómo implantarlo en un escenario desfasado...

    En fin, ¿negativo yo? es la realidad señores... en este tema no hay más que la realidad.

    Gracias por los escritos con los que nos obsequias cada día y en los que, cuando aporto algo, es que no me puedo aguantar ;-)

    Saludos!!!

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  2. ¡¡¡Pues no te aguantes, Ramón!! En este foro se puede hablar sin miedos y además, si queremos cambiar la mentalidad tal y como dices, tenemos que ir poco a poco diciendo lo que pensamos.

    Este tipo de iniciativas son muy arriesgadas porque siempre tenemos miedos que nos atenazan. Pero mi pregunta es... ¿cómo se pretende innovar sin riesgo? Cualquier innovación lo conlleva. Lo que no se puede estar es implorando nuevas propuestas y no aprovechar las que ya tenemos con nosotros desde hace muchos años.

    Google cambió hace muchos años su concepto de trabajo, y a día de hoy es una empresa espectacular en este sentido (en el fondo de este blog se adjunta un pequeño video sobre su filosofía)

    Para los que todavía no crean que las cosas pueden cambiar, que echen un vistazo a esta otra empresa:

    http://revista.libertaddigital.com/las-ensenanzas-de-semco-1275767691.html

    Un fuerte abrazo y gracias por tu comentario

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