Por petición de algunos asistentes, haré un resumen de las conclusiones más importantes de la conferencia impartida en el día de hoy.
La diapositiva que yo creo merece más relevancia sería la siguiente:
Con ella pretendía describir las dos cualidades elementales de un empresario, a saber:
- Visión del negocio
- Gestión de recursos y capacidades
Desde mi punto de vista, la visión del negocio hace referencia a:
- Futuro.- se trata de intuir qué oportunidades y amenazas puede atisbarse en el horizonte. La empresas contratan a directivos con unas demostradas cualidades como estrategas, invierten en programas de simulación de escenarios, contratan informes…, todo ello para precisar con la mayor exactitud posible cómo será el “pasado mañana” del sector en el que están inmersos.
- Exterior.- por los aspectos comentados arriba, se trata de una visión hacia el exterior fundamentalmente: regulaciones posibles, pasos de la competencia, tecnologías disponibles, fase del ciclo económico hacia la que caminamos…
- Bola de cristal.- en conclusión, se trata de un trabajo –digamos- de vidente.
Por otro lado, la gestión de recursos y capacidades se refiere a:
- Presente.- no se puede gestionar lo que no se tiene; si hablamos de gestión, tenemos que referirnos obviamente a los recursos tangibles e intangibles (conocimiento) que disponemos en este momento.
- Interior.- por contraposición a la visión de negocio, cuando gestionamos nuestros recursos y capacidades estamos mirando y actuando sobre el interior de la compañía.
- Libros.- en definitiva, para una óptima gestión de nuestra empresa debemos aplicar los principios del management que se han ido consolidando en el día a día durante más de medio siglo y que, hasta ahora, siguen mostrando fuertes señales de validez. Todo ello está en los libros, en la literatura, y no hay más que refrescar estos conceptos y adecuarlos a las circunstancias actuales.
Sobre estas premisas, yo preguntaba a los asistentes: ¿qué es lo primero y que es “lo después”? (la visión de negocio o la gestión de recursos y capacidades).
Aunque ambas cosas puedan y deban convivir, no se le pueda dar el mismo peso a cada una de ellas. Yo manifesté mi impresión de que la gestión debe ser el 90% del peso y la visión del negocio el 10% restante. Este porcentaje es una percepción mía que puede merecer todo tipo de matizaciones en función de la empresa, el sector, etc,, como bien precisó Michel Henri en el debate posterior. Simplemente trataba de reflejar que entre ambos conceptos (gestión interna y visión futura), primero se debe empezar por lo primero. Para apoyar esta teoría puse los siguientes ejemplos:
- Hay muchas empresas que se obsesionan con adivinar cómo será el futuro (invirtiendo una parte importante de capital en simulaciones, estudios de mercado, etc.) para, una vez determinada la estrategia, implementar los cambios necesarios en la estructura empresarial que permita abordar ese supuesto porvenir. ¿Y qué sucede entonces? Que la resistencia al cambio del empleado lleva al traste todo el planteamiento y hace que la inversión en el diseño de una buena estrategia se tire por la borda. Lo que acaba de pasar es que una mala gestión de los recursos y capacidades internos (los recursos humanos fundamentalmente) hacen inviable la aplicación de los cambios estructurales que se requerían para acomodarse a los cambios venideros.
- Hay también muchas empresas empeñadas en dotar potentes departamentos de I+D+i capaces de diseñar productos punteros e innovadores para el mercado. Lo que sucede es que –otra vez- una mala gestión de la red comercial, mal motivada, mal incentivada, mal alineada con los objetivos empresariales, puede hacer que en dos años ese producto tan innovador sea uno más del montón, no aporte ni la mitad de los ingresos que se esperaba de él. ¿De qué sirvió tanta inversión en “preparar el futuro”?
- El último ejemplo que puse tuvo que ver con las finanzas. Muchas empresas se empeñan en buscar nuevas fuentes de financiación y crecimiento, tales como ampliaciones de capital, hipotéticas fusiones… cuando ven que la aplicación de los recursos económicos con los que cuentan en la actualidad es deficiente. A duras penas consiguen rentabilizar un simple crédito bancario. Dicho de otro modo, existen fallos en la aplicación de los recursos actuales y sin embargo ponen todo el empeño y el esfuerzo, no en detectar dónde está el fallo, sino en buscar nuevas fuentes de financiación.
Desde mi punto de vista, la visión de futuro es una “tarea” que solo tiene sentido cuando se tiene la seguridad de que la compañía, internamente, va a ser capaz a gestionar eficientemente y a adaptarse con eficacia a los requerimientos que se deriven de las estrategias propuestas. Si primero no se hace una buena gestión de los recursos y capacidades con los que se cuenta, de nada vale estar pensando en cómo debemos hacer para competir dentro de 3 años.
Precisamente, la fortaleza de una empresa para abordar las turbulencias que nos depare del futuro pasa por una buena gestión de los recursos y capacidades internas. Ahí es donde están los pilares que sustentan la empresa y los que aguantan la organización frente a los “temporales”. ¡¡Tomar conciencia de esto es lo primero que hay que hacer!!
¿Y que entendemos por gestionar los recursos y capacidades? Simplemente lo describiré y en próximo día procederé a desarrollarlo: consiste en determinar cuáles son todas las funciones que se desarrollan en nuestro negocio, determinar su grado de contribución a la ganancia de valor, y decidir sobre cada una de ellas (cuáles se asumen, cuáles se delegan y cuáles se externalizan). Finalmente, sobre aquellas que se asumen, desarrollar pormenorizadamente todas y cada una de las tareas empresariales: planificación, organización, dirección y supervisión.
Mañana continuaré con el desarrollo.
Un abrazo
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