Incongruencias

Recientemente impartí un curso sobre ventas en el cual dediqué una amplia  introducción a repasar de qué modo el cambio acelerado que estamos sufriendo en la sociedad afecta a quienes tienen que defender un producto delante de un cliente. La conclusión, a grosso modo, fue que debemos ser muy cuidadosos con lo que decimos si no queremos meternos en líos. Los clientes tienen mucha capacidad y facilidad para contrastar información, y cualquier cosa que digamos debe estar refrendada por hechos verídicos sino queremos cargarnos el pilar básico de las relaciones comerciales: la credibilidad (cualidad que antecede a la confianza; ¿se puede generar confianza si no merecemos credibilidad?)

Todo esto viene a cuento de un anuncio que recibí invitándome a inscribirme en un curso de comunity manager (¡¡un clásico de estos tiempos!!), proveniente -ni más ni menos- que de la mayor universidad de España. Me leí el programa con detenimiento e interés y en él figuraba el nombre de los tres profesores que impartían el curso, con una breve descripción de su currículum profesional. Todo perfecto.

El problema surgió cuando metí esos nombres en google (¡¡bendito google!!) y rastreé un poco el historial de los susodichos profesores. ¿Adivinan que encontré? Que su presencia en redes sociales era testimonial, cuando no inexistente. Eso sí, en el currículum todos hablaban de su experiencia como community managers para distintas firmas, es decir, gestores de comunidades virtuales -hablando en castizo-. ¿Cómo es posible que un experto en estas lides no tenga un perfil profesional “decente” en la web 2.0? ¿Cómo es posible que todo un profesor en Social Media no tenga presencia en Social Media? Algo no cuadra. Estas dudas me llevaron a la siguiente pregunta: ¿es creíble todo lo que pone en el panfleto de la universidad que les respalda?

Quizá sí, no tengo prueba de que no sea así, pero ya ven: he puesto el adverbio “quizá”. Eso significa que tengo dudas, que he detectado una incongruencia entre la información recibida por la empresa que me vende el curso y la que he podido recabar yo por mi cuenta. Y claro, como conozco algo sobre el mundo comercial, tengo la certeza de que quien vende productos nunca habla mal de ellos y que, por ello, quizá la información que me facilitan en su folleto sea la que está “viciada” con toda la intención. Y esto me lleva a pensar que la que yo recabé es más transparente y fiable.

En conclusión, descarté el curso por el hecho de que los profesores designados para enseñarme a gestionar una red social, no están en las redes sociales o lo hacen con unos perfiles inadmisibles para quien pretende dar lecciones. Hechos, y no promesas. Esto es lo que buscan –buscamos- los clientes a día de hoy.

El éxito de la web 2.0 se basa precisamente en que está construida con contenidos y opiniones generadas por los propios usuarios. Y por ello muchas personas acudimos a ellas, porque nos merece más credibilidad lo que ahí leemos que lo que nos cuentan las propias empresas a través de sus documentos comerciales. Lo que me resulta increíble es que una empresa del calibre de la que estamos hablando haya caído en errores de “principiante”, de novato.

Aparte de descargarme y mostrar mi enojo contra tantos oportunistas que quieren remar a favor de corriente y que no consiguen otra cosa más que desprestigiar a un servicio tan vital como es el de la formación, quería poner sobre aviso a las empresa de que vigilen que no haya incongruencias entre lo que dicen y los hechos que hay detrás. Como dije al principio, cualquier cliente mediamente inquieto tiene la posibilidad de contrastar la información en menos que canta un gallo. Y como las cosas no cuadren… ¡¡emerge la desconfianza!!, el gran enemigo de las ventas.

Reciban un fuerte abrazo
Firma SBS

2 comentarios:

  1. Me pasó lo mismo a mi. Miré un curso para ver los ponentes y serán la rebomba en su trabajo pero reputación online 0 patatero. Lo siento no compro.

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  2. Y estoy seguro que no son los únicos casos. Lo de dar formación sobre redes sociales es una moda y a ella se está sumando cualquiera que sepa crear una cuenta y punto. Las universidades y las academias tampoco pierden comba. El problema es que con estas cosas desprestigian bastante la formación.

    En el caso que yo conté es la UNED ni más ni menos quien eligió a esos profesores para este programa. No sé cual es su nivel de profesionalidad, pero dicen que "el camino se demuestra andando".

    Muchas gracias por tu participación en este blog

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