¿Les suena de algo una cosa llamada “la era de las comunicaciones”? Creo que vivimos en ella, o al menos eso dicen algunos. Nunca fue tan fácil estar conectado con nuestro entorno y nunca dispusimos de tantos medios para hacerlo. Pero la comunicación no sólo es cuestión de medios y de tecnología, sino también de voluntad. ¡¡He aquí el quiz de la cuestión!!
Durante una larga etapa de mi vida profesional tuve que compartir muchas horas con personas que llevaban productos que eran competencia directa de los míos. Coincidíamos en las rutas y delante de los clientes. Como era un absurdo estar escapando unos de otros, al final comprendimos que no nos quedaba más remedio que compartir espacio y tiempo. Una vez escuché una frase que se aplica al amor: “el roce hace el cariño” Y nosotros, de tanto rozarnos, acabamos hablando y hasta compartiendo información.
Las personas que compiten por un mismo objetivo, como era nuestro caso, tendemos a marcar distancias y a dedicarnos “lindos sentimientos de odio”. Pero si uno fuera capaz a liberarse de ese manto funesto y a entender que si comparten la información que ambas personas poseen, la cosa daría un giro de 180º Yo tuve que acabar haciéndolo y no me arrepiento en absoluto: pasé una de las etapas más productivas de mi vida profesional.
Lo que realmente sucedió fue que mi competidor me confió toda aquella información que no era útil para él, y yo le correspondí del mismo modo. Estamos hablando de comentarios de los clientes y de otros competidores, fundamentalmente. ¿Por qué no iba a funcionar? Si a la información que yo dispongo le añado la que él me facilita, mi conocimiento del cliente y del entorno mejora. A esa misma conclusión llegamos ambos y comenzamos a aplicarlo. Qué duda cabe que siempre hay información crítica que no puede ser contada, pero esto es totalmente lógico y entendible. Fuera de eso, el contraste de pareceres siempre será enriquecedor para mejorar el negocio.
Haber tenido esta experiencia en primera persona me llevó a preguntarme… ¿qué sucede en la central de mi empresa? ¿Se reunirá el product manager de tal producto con el colega de otra empresa para intercambiar opiniones? ¿Comerá mi director nacional de ventas con colegas de otras compañías? No pensaba en las típicas reuniones a las que uno acude con la clara idea de aprovecharse del otro, en las cuales todos tienen la misma intención y al final se dedican a engañarse entre sí. Pensaba en reuniones abiertas y cordiales, en donde las personas comparten conocimiento del mercado y contrastan sus distintos pareceres.
Las redes sociales facilitan este tipo de networking, pero para que la cosa funcione se requiere una mente muy abierta y limpia. Se trata de establecer vínculos enriquecedores y dejar la competitividad de puertas afuera. No está al alcance de cualquiera ni se puede esperar tejer una red de este tipo muy extensa. Pero si encuentra la persona perfecta con la que practicarlo, ¡¡no se lo piense dos veces!! Salga de su jaula de cristal y aprenda una manera más de aumentar el potencial de su negocio.
Qué tengan un buen día
Post dedicado a Paco Puente, mi “interlocutor en la competencia”
Muy interesante. Yo también he tenido alguna buena experiencia en este sentido. Lástima que a niveles de dirección estos casos se den en pocos casos.
ResponderEliminarCuriosamente, en el blog de Andrés Pérez, más o menos, se habla del mismo tema, acuñando una definición interesante: la coopetencia.
Link: http://www.marcapropia.net/2010/10/coopetidores-saqueadores-y-conversos.html
Un saludo,
Celestino Martínez.
Gracias Celestino.
ResponderEliminarEs curioso que todo el mundo promueve el trabajo en equipo y tienen clarísimo que 1+1 son 3, pero a nivel de alta dirección ni lo hacen ni se lo plantean.
Son estrategias muy arriesgadas, es cierto, porque hace falta encontrar dos personas con las ideas muy claras y que crean en la cooperación y no en la competición. Pero que sea arriesgado o difícil no significa que sea imposible: es cuestión de plantearlo. ¿Cuántos directivos dieron algún paso en este sentido? Seguro que todos tienen colegas en otras empresas (a veces ni siquiera competidoras entre sí). Esta es una nueva vía para potenciar el negocio y creo que debe ser explorada, máxime cuando la queja general es la falta de soluciones para salir de los problemas que tenemos.
Gracias por tu opinión, Celes.
Joanillo